Javier Rodríguez recibió a LPO en el edificio donde hace décadas funciona la sede del Ministerio que hoy conduce, el cual, como pasó a escala nacional, fue mutando de denominación con el paso de los gobiernos.
Fue Asuntos Agrarios con Scioli y Agroindustria con Vidal. Para el ministro de Desarrollo Agrario, ninguno de los dos rótulos era representativo del objetivo que fijaron para esa área en el gobierno de Axel Kicillof, con quien milita desde tiempos universitarios.
“Nosotros planteamos un modelo donde haya producción con más productores, más valor agregado, más ciencia y tecnología, donde la producción sea sustentable y los alimentos sean más accesibles a la población”, dice. Ninguna de esas cinco “líneas fundamentales” que plantea para la provincia las detecta en el gobierno de Javier Milei, sino todo lo contrario.
Además de denunciar “un plan sostenido” de vaciamiento y eliminación de programas nacionales, Rodríguez ve que los ganadores del modelo de Milei para el campo se encuentran en un proceso de concentración de la explotación de la tierra que ya empezó.
Economista, describe el programa de Milei como “un modelo que prioriza lo financiero por sobre lo productivo de manera generalizada” y que, en el agro, eso impacta “sobre todo en aquellos que requieren algún tipo de industrialización”.
-¿Tiene ganadores este modelo dentro el sector?
-Sí, es un modelo donde, con estas características de primarización, hay un componente muy fuerte de concentración. Hay algunos actores que terminan siendo ganadores por el efecto de la concentración, por la salida de otros competidores, productores de mediana escala y les significa una mayor porción de mercado.
-¿Y eso hacia dónde se dirige?
-Hay un proceso que se asemeja cada vez más al que tuvo el sector agropecuario en los ’90, donde, por un lado, tuvimos muchísima salida de productores y, por otro, algunos actores que celebraban las distintas medidas a partir de este proceso de concentración.
-¿Es un modelo que busca ir más a fondo de lo que fue el menemismo?
-No sé si más a fondo, sí que empiezan a reiterarse esas consecuencias. Arranca con una muy fuerte devaluación que generó la caída de los salarios y genera la situación actual de una tablita cambiaria, con una devaluación estimada del 2% pero una inflación, una tasa de interés muy por arriba que lleva a que hoy en día el dólar esté atrasado. Entonces ahora se está empezando a ver estos efectos y similitudes con el esquema de los 90.
-Y en base a ese antecedente, ¿cómo puede golpear eso en el interior?
-Eso significó un proceso de salida de muchísimos productores, muy negativo para todo lo que tiene que ver con la ruralidad. En los pequeños detalles también se ven esas similitudes. En aquellos momentos se inició un proceso de privatización que redujo muy fuerte la red ferroviaria. Hoy, acaba de pasar el último tren de pasajeros a Pehuajó y Casares.
Son detalles muy simbólicos porque, cuando hablamos del interior de la provincia y el sector productivo agropecuario, es un sector que cobra vigor a partir de la red ferroviaria. También la parálisis de la obra publica, sobre todo rutas, dificultan ese desarrollo de la ruralidad y del interior de la provincia.
-Tuvieron que modificar los programas y las políticas del ministerio a partir de la llegada del gobierno de Milei?
-Por supuesto, el cambio de política nacional implicó en muchos casos una situación mucho más compleja. Hoy tenemos consumos en mínimos históricos en carne bovina, cayó muchísimo el consumo de lácteos. Eso implicó que la demanda del mercado interno cayera y tuvimos muchos pedidos de pymes lácteas para tratar de fortalecer las exportaciones, en una línea de trabajo que ya veníamos teniendo, que es tratar de generar más exportadores pyme.
En el primer periodo construimos una política agropecuaria en la provincia y en esta nueva etapa ponemos énfasis en políticas que ya habíamos construido.
-¿Por ejemplo?
-El programa Mercados Bonaerenses es una muestra de eso, lo fuimos construyendo en la pandemia, vincular productores con consumidores, lograr que los alimentos lleguen más baratos a los consumidores y que los productores tengan un mejor precio. Desde el 10 de diciembre pasado, es un programa que creció muchísimo, tenemos demanda en todos los municipios a partir de la situación económica que se está viviendo.
-Esta semana lanzaron un programa de impulso al agregado de valor. ¿El objetivo es salir del esquema de primarización?
-Sí, tal cual. Ahí hay una acción muy fuerte y constante, tanto del Banco Provincia como del Ministerio. Pero también, este agregado de valor que impulsamos, que sea por parte de cooperativas. Muchas veces son cooperativas de productores que hacen el acopio, que industrialicen localmente y eso genera un verdadero entramado, que es el que entendemos que tiene que darse para que haya un efectivo desarrollo.
-¿Son medidas que surgen en contraste a lo que genera el panorama nacional?
-Por supuesto se da en un contexto absolutamente hostil a este tipo de cuestiones. Por eso decimos que, en estos momentos, este tipo de acciones tratan de mitigar los efectos negativos de la política nacional, que fomenta la concentración productiva que torna a la exclusión de distintos productores. Si fortalecemos el cooperativismo y distintos programas de valor agregado, vamos a permitir que algunos grupos puedan sostenerse y atravesar esta situación que, entendemos, se va a poner cada vez más complicada.
-¿Y el productor tiene esa mirada de estado de situación? ¿Hay en el llano una visión distinta de la que puedan tener algunas entidades representativas del sector?
-Lo que pasa es que en el agro hay voces y posiciones muy diferentes. A veces, el error de la política es pensar que hay una sola mirada y posición. Nosotros nos encontramos con una enorme diversidad. Hay muchísimos productores que reconocen las acciones que venimos haciendo en la Provincia, que las alientan y defienden en la comprensión de este conjunto de situaciones. También hay posiciones diferentes.
-Más allá de esa diversidad del campo, con el antecedente de la 125, ¿hay tensiones en la relación de un ministro de un gobierno peronista con los representantes del sector?
-Nosotros arrancamos a reunirnos con las entidades previo a la asunción de Axel. Al principio, siempre había algo de escepticismo, después fuimos demostrando que hay una mirada de la política agropecuaria y agroalimentaria y, fundamentalmente, acciones concretas que sostienen esa mirada y eso fue generando otro tipo de vinculación.
Del escepticismo se pasó a que hay conocimiento y un conjunto de programas que se llevaron adelante. En la Provincia es inédito que haya un programa de mejora de caminos rurales, por ejemplo.
-¿Le tienen más paciencia a Milei que a Kicillof las entidades del campo?
-Abordamos temas diferentes. Nosotros siempre estamos trabajando con las distintas entidades, después hay referentes de entidades que son más proclives a una u otra mirada, pero nosotros venimos teniendo un buen diálogo, sostenido con las distintas acciones.
-El tipo de cambio es uno de los problemas que las entidades detectan. El otro son las retenciones…
-Es una temática nacional. Lo que implícitamente está señalando el Gobierno en el presupuesto 2025 es que no va a haber una modificación. Incluso, por lo que prevé de incremento de recaudación por derechos de exportación, uno tendría que pensar en otra cosa.
-¿En qué?
-En que tal vez hay un aumento o algo por el estilo, porque no queda muy justificado lo que está haciendo ahí. Hay una cuestión de falta de certidumbre por parte del Gobierno en este aspecto.
-Otro tema nacional pero que se discute mucho en las rurales bonaerenses es el chip obligatorio que el Gobierno estableció para el ganado vacuno. ¿Eso es un aporte a la trazabilidad o un negocio?
-No se entiende en la lógica de un Gobierno nacional que se dice que en los aspectos económicos impulsa la liberalización, porqué genera esta obligación. No hay explicación. Fijate que, finalmente, termina imponiendo una obligación sin justificación clara y, para tratar de evitar el rechazo, subsidia ese chip a toda la producción ganadera el primer año.
Es inentendible, un Gobierno que todo el tiempo se jacta de sacar subsidios, los remedios oncológicos porque es un subsidio, porque es gasto y de pronto hace este tipo de cuestiones, es inentendible la cuestión de fondo. Y en términos de forma, no dialoga con los sectores y con la Provincia para avanzar en esto. En eso también hay un enorme problema.
Advierten parálisis de inversiones pesqueras si el Gobierno no define las cuota de merluza
-En el sector pesquero preocupa que no se renueven las cuotas de merluza común por parte del Gobierno en el Consejo Federal Pesquero, después de la revelación de LPO sobre el pedido de coimas a pesqueras. ¿Qué posición tiene la Provincia ante este tema?
-Hace dos meses que está terminado el trabajo técnico de la cuotificación. Hay una demora que es inexplicable. Nosotros estamos pidiendo de todas las formas, lo dejamos sentado en las actas del Consejo, que se tome la decisión porque el trabajo técnico ya está hecho.
Hay una Ley Federal de Pesca que determina los criterios para las nuevas cuotificaciones, orientados a inversiones de las empresas en tierra, personal contratado, producción, agregado de valor y sanciones. En función de esos parámetros se hizo el trabajo técnico de asignación de las cuotas, lo único que falta es votar.
-¿No dio ningún argumento formal el Gobierno nacional para esa demora?
-No hay argumentos. Por supuesto, acá hay que hacer historia. Desde el inicio del gobierno de Milei hubo un ataque directo al sector de la pesca bajo la propuesta de la Ley Bases de eliminar la Ley Federal de Pesca y generar un mecanismo de licitaciones internacionales que entregaba los recursos al mejor postor sin la obligación de generar puestos de trabajo locales ni que las embarcaciones tengan bandera nacional ni desembarco en puertos locales.
Eso generó un rechazo masivo del sector y la provincia. El 2 de enero el gobernador estuvo con todo el sector en Mar del Plata, demostrando la posición en defensa de los puestos de trabajo, de la producción y la sustentabilidad. Porque el mecanismo de licitación que se proponía, viene alguien de afuera, pesca lo que quiere, se va, no tiene obligaciones, ya sabemos lo que ocurre: tiende a generarse sobre pesca, arruinarse el recurso natural.
-En el sector preocupa que esa demora encubra la intención de licitar que tendría el ministro de Desregulación Federico Sturzenegger. ¿Cómo lo ven en la Provincia?
-Sturzenegger, que fue la voz en estos temas, nunca modificó sus ideas, las sigue manteniendo de hecho. Hace poco tildó de ladrón a toda la cadena, es un verdadero desastre que un funcionario tenga ese tipo de actitudes y el temor que está acá es que, sin ley mediante, el Gobierno quiera generar una situación como la que propuso en diciembre.
Pero hoy hay una ley vigente, un mecanismo previsto en esa ley, está el trabajo técnico y es de aplicación a partir del 1 de enero de 2025, faltan dos meses. Toda la industria necesita tener la previsión de qué va a pasar ese 1 de enero, si van a poder salir a pescar o no.
-Las pesqueras advirtieron que este panorama paraliza las inversiones…
-Este Gobierno dice que fomenta las inversiones pero es una verdadera actuación. En concreto actúa en detrimento porque tiene una mirada que es no pensar en la sustentabilidad. El gobierno de Milei tiene una mirada de depredación y de regalar los recursos naturales en todos sus aspectos. Lo vemos en la pesca, pero también en el resto.
En el RIGI está esa mirada, si es cuestión de explotación de recursos naturales, no pedimos nada, que vengan, que los exploten y se los lleven. Eso es un tremendo problema.
-¿El RIGI no representa un incentivo para inversiones en el sector?
-Tenemos un Gobierno que plantea un régimen de incentivo a las inversiones en un momento donde las inversiones se están desplomando. Las inversiones cayeron de enero a agosto 21,5% con respecto a 2023 y esto tiene que ver con que estamos en un escenario de recesión.
Obviamente, la inversión fundamental es la que hace todo el entramado productivo que está en Argentina, que mira cuáles son las perspectivas y cuando ve que le caen las ventas, reduce la inversión.
-¿Quienes entran entonces con el RIGI?
-Entrarán algunas grandes extranjeras. Siempre la mirada del Gobierno nacional es favorecer algunos interesas extranjeros en detrimento de lo que ya hay en Argentina. Es una mirada de valorar más todo lo extranjero que todo lo que se hace en Argentina.
-El rechazo del Gobierno a la Agenda 2030, ¿puede afectar en futuros acuerdos comerciales e impactar en el sector?
-Sí, con los últimos antecedentes, donde venimos de un 2023 en el que atravesamos una de las peores sequías de los últimos 50 años, es absolutamente inexplicable que el Gobierno niegue el cambio climático. Tenemos que estar trabajando muy fuerte en las distintas medidas para mitigar los efectos de las consecuencias de eventos climáticos extremos que tienden a sucederse con más frecuencia.
Eso no lo está haciendo el Gobierno y lamentablemente se termina pagando. Todo esto guarda relación con una mirada que cuando piensa en los recursos nacionales piensa en depredarlos y dárselos a algunos en lugar de que sirvan para el bienestar del conjunto de la población.
-Días atrás tuvo en una reunión en el PJ de Lezama. ¿Suele hacer ese tipo de actividades con la militancia? ¿Sería algo así como un armador de Kicillof en el interior?
-Todos los que estamos con algún cargo somos militantes también. En mi caso, lo soy desde el retorno de la democracia. Ante un gobierno como este, planteamos la importancia de seguir militando. Este es un gobierno libertario: liberal en lo económico y autoritario en lo político. En lo económico, es un proceso que tiende a la primarización, al extractivismo, a la desindustrialización, a la concentración productiva, a la exclusión social.
Pero lo que está ocurriendo en este último tiempo es que esa parte autoritaria está quedando cada vez más expuesta y están apareciendo otras cuestiones. Ya no solo estamos hablando de un autoritarismo que se expresa en las fuerzas policiales, sino que permanentemente hay un ataque, una habilitación a la violencia por parte de las máximas autoridades del Gobierno nacional y por eso las responsabilizamos.
-¿Existe el peligro de que ese autoritarismo se acentúe?
-Lo que estamos viendo en los últimos tiempos es que pasaron del hostigamiento en redes a las provocaciones presenciales. El insulto ya casi lo pretenden naturalizar, el agravio por el solo hecho de pensar diferente. Eso ha generado casos como un grupo de adeptos de ellos yendo a la Universidad de Quilmes tirando gases.
Hay una habilitación de la violencia en momentos donde se busca imponer un modelo de concentración y exclusión social, donde no quieren que el debate esté puesto en lo que realmente ocurre, sino en estas otras cuestiones y que sea un tema de trinchera a trinchera.
-¿Ese clima de época lo ven en el campo?
-Se ve en todos lados. Hay un Gobierno que lo habilita. Hay una bajada muy fuerte que incide en todos los lugares. Por eso, me parece muy importante plantearlo. Y sí, se da en todos los sectores. Nosotros somos de creer que el camino es dialogar, mostrar y explicar.
-Y en las últimas charlas con militantes del interior, ¿qué se dice sobre la interna del PJ?
-No es algo que surja espontáneamente. Lo que vemos es que hay una necesidad muy grande de enfocarse mucho en la gestión, en las acciones concretas, en que los distintos programas lleguen a cada lugar, más cuando empezamos a hablar de gestión, sobre todo en momentos donde la gente está sufriendo. Ahí hay una comprensión y una actitud siempre muy positiva de la necesidad de trabajo conjunto.
-¿El peronismo puede tener un mayor anclaje en el interior rural bonaerense?
-En las charlas del interior debatimos las política que venimos llevando adelante, resaltando que nuestra fuerza tiene una política pública muy clara de cara también al interior. A veces está el debate de que, como fuerza política, solo somos del Gran Buenos Aires, eso es algo absolutamente falso. Si se contaran solo los votos del interior de la provincia, el gobernador electo sería Axel. Ahí hay una demostración de lo que se pudo hacer y del reconocimiento.