pesar de que Schwarzenegger es un apellido complicado, prácticamente todo el mundo sabe (más o menos) cómo pronunciarlo: en Nueva Zelanda existe un lugar, no obstante, que hasta para sus propios residentes es difícil de pronunciar. Se trata de uno de los topónimos más largos del mundo, referente a un pico de montaña ubicado en la región de la bahía de Hawke. Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronuku pokaiwhenuakitanatahu tiene apenas una altura de 305 metros, y el cartel que señaliza la zona recoge el nombre completo de la localidad, aunque se suele referir a él únicamente como Taumata para facilitar su pronunciación.
Su nombre, de origen maorí, significa “El lugar donde Tamatea, el hombre de las rodillas grandes, el escalador de montañas, el deslizador, el tragador de tierra que viajaba, tocaba la flauta nasal que tenía para sus seres queridos”, según recoge el Word Atlas. Sus 85 caracteres no lo hacen en la palabra más larga del mundo, pero sí en el mayor topónimo conocido, procedente de una leyenda local de los Ngati Kere. El problema de un nombre de estas características viene a la hora de pronunciarlo: ¿cómo decir que una persona vive en Taumatawhakatangihan…? Recientemente en las redes sociales se ha difundido un vídeo de un hombre leyendo el inmenso cartel que señaliza la zona.
Pero, ¿se pronuncia así realmente? Según recoge el periódico neozelandés ‘NZ Herald‘, la pronunciación correcta sería algo parecido a esto: Tou-mah-tah-fah-kah-tah-ngi-hah-nga-kow-oh-oh-aw-ta-ma-te-a-turi-pu-ka-ka-pi-ki-maw-nga-how-row-nu-ku-po-kai-feh-nu-ah-ki-tah-nah-tah-hu. Se suma a la larga lista de nombres de localides de Nueva Zelanda difíciles de pronunciar hasta para sus propios residentes. Otro de esos lugares tiene un nombre mucho más corto pero que, por lo visto, cuesta bastante decir con corrección: se trata de Tikokino, en la misma bahía. La profesora de la escuela infantil de este municipio, Rachelle Birrell-Imbeah, sostiene que es relativamente sencillo de pronunciar para todo el mundo, siempre que se tenga algo de práctica.
“En maorí hay pronunciaciones diferentes para las vocales, ahí es donde la gente confunde las palabras maoríes”, explica al citado diario. Precisamente por eso mucha gente pronuncia Tikokino tal y como suena, cuando la pronunciación correcta sería algo similar a ti-koh-ti-noh. No son los únicos casos: incluso a los neozelandeses con conocimientos de maorí les cuesta pronunciar de manera apropiada las localidades de Waipukurau, Pourerere, Kairakau, Mangakuri, Maraekakaho, Heretaunga o Ahuiririr, entre otros.
“Muchos nombres de lugares de origen maorí tienen historias importantes detrás, por lo que garantizar la ortografía correcta ayuda a mantener vivas todas esas historias“, asegura Anselm Haanen, responsable de la Junta Geográfica de Nueva Zelanda Ngā Pou Taunaha o Aotearoa (NZGB), responsable de la toponimia del país. Tanto es así que esta institución ha oficializado diferentes nombres de lugares con los macrones que no tenían oficialmente: estos macrones ( ¯) son unos diacríticos que se colocan sobre determinadas vocales para señalar que son largas y los que marcan las diferencias en la pronunciación de la misma vocal. “Colocar los macrones correctamente en las palabras maoríes escritas otorga significado a las palabras y ayuda con la pronunciación. Esto es muy importante en Nueva Zelanda”.