Javier Milei tuvo que llamar a Victoria Villarruel para que deponga su resistencia a desandar la acción administrativa por la que convalidó los aumentos de las dietas de los legisladores, junto con su par de Diputados, Martín Menem.
Recién entonces, la Vicepresidenta y el titular de la Cámara Baja firmaron una resolución conjunta para dejar sin efecto la “ley enganche” que rubricaron Amado Boudou y Julián Domínguez en 2011.
Como había revelado LPO, la compañera de fórmula del líder libertario se mantuvo en silencio cuando estalló el escándalo, a diferencia de Menem, quien rápidamente tuiteó que retrotraería la medida. La firmeza de Villarruel agudizó el malestar con el Jefe de Estado porque, cuatro días después, el Congreso no había emitido ni un memo indicando que se daba marcha atrás con el incremento, que estaba acoplado a las subas que obtenían los trabajadores legislativos en paritarias.
“La tuvo que llamar Milei para que ella firmara”, dijo a este medio una fuente al tanto del affaire. La resistencia de Villarruel había escalado tanto como para evaluar la posibilidad de “un plan de contingencia interna” en el Senado, con el propósito de “repartir la plata” para no desairar a los mismos senadores que el oficialismo necesita para que no se plieguen a la oposición peronista.
De hecho, el principal temor de los libertarios es ahora que la sesión prevista para el próximo jueves se convierta en una oportunidad para que termine tratándose en recinto el decreto 70/23. Hace semanas que hasta el PRO y la UCR reconocen que si se trata el DNU, se cae.
Sin embargo, un senador radical planteaba que el malestar por los aumentos otorgados y descontados no influía en la definición del voto a favor o en contra de un decreto.
Otros correligionarios no piensan lo mismo. “El problema es el manoseo y la búsqueda constante de poner al Congreso como el nido de corrupción y privilegio”, sostenían.
En definitiva, la presión ejercida por el propio Milei sobre Villarruel podría costarle cara. La revancha, según repetían este lunes por la noche en los pasillos de la Cámara Alta, podría ser el rechazo al Mega DNU.
Por lo demás, la firma de la resolución demoró tanto que por la tarde del lunes ningún legislador sabía si el anuncio de Menem saldría o no. LPO consultó en la oficina de Prensa de la Cámara Baja y no constaba en ningún documento que el riojano hubiera firmado, tal como había adelantado tras el entendimiento entre Diego Santilli y Milei.
El papelón amagaba con agigantarse pero, a último momento, Villarruel interrumpió su “operativo desgaste” contra Menem y Milei, justo cuando su postura podía convertirse en una confrontación que detonaba la narrativa anticasta del Presidente.
