Jair Bolsonaro está preocupado por la conclusión de la Policía Federal sobre su rol en el intento de golpe contra Lula que lo convirtió como el único presidente de la historia brasileña acusado de golpista.
Los delitos por los que están acusados son intento de abolición violenta del estado democrático de derecho, golpe de estado y organización criminal, que contemplan penas que pueden llegar a los 30 años de prisión efectiva.
La investigación que quedó en manos de la Fiscalía General sugiere que Bolsonaro no solo estaba al tanto de los intentos de asesinatos de Lula, Alckmin y Alexandre De Moraes como parte de la conspiración para quedarse en el poder y afirma que el ex presidente “planificó y tenía control absoluto de toda la operación”.
Como parte de sus problemas judiciales, Bolsonaro está inhabilitado a competir electoralmente hasta 2030 y apuesta a una mano de Trump que destrabe su situación y le otorguen una amnistía. Mientras tanto, como reveló en exclusiva LPO, su estrategia es que uno de sus hijos lo reemplace en la candidatura presidencial para mantener el apellido y taponar otras candidaturas de la derecha brasileña.
En las últimas horas, se conoció un video del ex presidente implorando por una amnistía y planteó que “hay alguien que tiene ceder y esa persona debe ser Alexandre De Moraes”. “Con la amnistía empezamos el juego de cero y pacificamos. Queda todo resuelto”, agregó.
Hace menos de un mes, Bolsonaro apostaba a la presión de Donald Trump a la justicia o al Congreso para inclinar la mayoría en favor de la amnistía pero esa posibilidad parece alejarse. Por eso, la opción que maneja es el asilo en una embajada aliada. Las dos opciones que trabaja el entorno del ex presidente es Estados Unidos una vez que asuma Trump o Hungría de su amigo Viktor Orban.
Ya existe un antecedente de Bolsonaro buscando refugio en la embajada de Hungría en marzo de este año cuando la Policía Federal detuvo a varios de los investigados por el intento de golpe.
Alexander De Moraes, juez de la Corte Suprema.
La información la reveló el NY Times y confirma que el ex presidente estuvo del 12 al 14 de febrero para evitar una eventual detención. Por este motivo, la Corte Suprema estuvo a nada de ponerle tobillera electrónica y ordenar la detención.
“No voy a negar que estuve en la embajada, sí. No voy a decir dónde más he estado. Mantengo un círculo de amigos con algunos jefes de estado de todo el mundo. Están preocupados. Les hablo de temas de interés para nuestro país. Y eso es definitivo. El resto son especulaciones”, reconoció en ese momento Bolsonaro consultado por un medio local.
Lo que más preocupa a Bolsonaro son los tiempos que se manejan para resolver este caso. La Policía Federal indicó hay pruebas suficientes para avanzar en un proceso judicial contra los 37 acusados y se baraja que el primer trimestre del año que viene la Fiscalía de luz verde para que termine resolviendo las condenas la Corte Suprema de Justicia durante el segundo semestre del 2025.
El panorama para Bolsonaro es más que complejo y aunque el ex presidente explote al máximo la narrativa de la persecución, la posibilidad de presentarse en las elecciones de 2026 se presentan muy difícil. Esto, en el calculo político, podría dividir a la derecha entre el clan Bolsonaro y los otros líderes de derecha que tienen aspiraciones y aumenta las chances de un nuevo período de Lula.
