Patricia Bullrich se reunió con Nayib Bukele en El Salvador con el objetivo de mostrar su apoyo al modelo de seguridad salvadoreño en la lucha contra las pandillas.
Bukele redujo significativamente la violencia en su país a través de una política de mano dura contra las pandillas mediante la implementación de un estado de excepción en todo el país y la puesta en marcha de una centro de confinamiento contra el terrorismo, una cárcel de máxima seguridad exclusiva para las pandillas.
Allí se encuentran 75.000 detenidos, a pesar de que organismos internacionales de derechos humanos critican que entre los arrestados no sólo hay pandilleros y que el presidente ha mandado detener de forma aleatoria en una política de cifras.
Bullrich parece querer implementar ese modelo aunque nunca dio detalles de como y donde lo pondría en funcionamiento.
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En medio de la conversación, Bukele recordó su estadía en Buenos Aires cuando su esposa estudiaba para una maestría y le contó a la ministra que le gustaban “los vendedores de libros y otros productos en el piso”, en referencia a los manteros que la gestión del PRO en la Ciudad y ella misma como ministra de Seguridad de Mauricio Macri se encargó de desalojar y decomisó su mercadería.
La referencia la dejó descolócala a Bullrich que no se animó a decir que esas mantas ya no trabajan más porque fueron desalojadas por la fuerza pública.