Con la decisión de reducir al 1% el ritmo de devaluación mensual del dólar oficial sin bajar las tasas, Javier Milei le dió un subidón a la fiesta financiera. Las ganancias se obtienen porque la tasa de interés en pesos supera la variación del tipo de cambio.
“La medida genera un mayor atractivo por el carry trade de importadores y exportadores, que favorece el saldo positivo del Banco Central”, explicaron desde la consultora Analytica.
La dinámica es la siguiente: se venden USD 100, y con esos $1050 se apuesta a tasas en pesos, en titulos, plazos fijos o fondos de inversión. Al final de la punta se obtienen más pesos con los que se compran más dólares.
El Presidente venía argumentando que el crawling peg del 2% mensual que aplicó para que el ajuste del tipo de cambio compense en alguna medida la inflación -igual quedó muy atrasado-, iba a bajar del 2% al 1% cuando la inflación mensual se acerque al 2%. Acaso ahora razonó en sentido inverso: como la inflación no baja lo esperado, se reduce la tasa de devaluación para reducir uno de sus drivers.
Milei bajó el crawl al 1% pese al repunte de la inflación: “Son las machoeconomics”
Pero claro, el manotazo presidencial trasluce una tensión mayor entre el capital local y los fondos internacionales. Es de público conocimiento que la fiesta financiera esta sostenida por los dólares del blanqueo. Los argentinos que repatriaron sus dólares superaron todas las expectativas e ingresaron a la economía doméstica cerca de USD 30.000 millones.
La contracara, son las inversiones de portafolio de no residentes que constan en la cuenta financiera del balance cambiario: negativas en USD 37 mil millones, según público el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA).
“Las inversiones extranjeras no van a llegar mientras siga existiendo el cepo y el Banco Central no logre recomponer reservas”, señaló a LPO un operador financiero. En efecto, es lo que le exige el FMI, y un abánico de personajes que amplifican los intereses de Wall Street.
El dato negativo sobre inversiones extranjeras de portafolio muestra que los fondos presionan por salir, mucho mas que por entrar. Como un círculo sin comienzo ni final, es esa presión de los que quieren salir, lo que le impide a Javier Milei levantar el Cepo sin que el dólar vuele por el aire.
La inflación subió al 2,7% y desató pases de factura en el gobierno
“Solo en dividendos hay que pagar USD 8000 millones que van a las casas matrices de empresas multinacionales”, calculó la fuente consultada. Este pasivo le provoca al gobierno mas de un dolor de cabeza.
Caputo planteó pagar los dividendos pisados con Bopreales, incluso con un tentador incremental sobre la deuda nominal, lo que derivó en una discusión muy subida de tono con su socio histórico Santiago Bausilli, vicepresidente del Central.
“La resistencia de Bausili refleja la preocupación de las empresas que no quieren quedar inscriptas en el padrón de la IRS (el ente recaudador norteamericano”, precisó a LPO una fuente al tanto de la interna. La inscripción en el padrón de la IRS s obligatorio a partir del acuerdo de intercambio de información entre Argentina y Estados Unidos que firmó Sergio Massa cuando era ministro de Economía junto a Guillermo Michel ex titular de Aduana.
La semana que pasó reflejó nítidamente la tensión entre el capital local y el extranjero. Arrancó con el pedido explícito del Fondo, que LPO anticipó en exclusiva, sobre unificación cambiaria y eliminación del Cepo, lo cual conlleva una devaluación implícita. Incluso le hizo saber al gobierno argentino que no debía preocuparse por la dispara de precios. Según los cálculos del FMI, dado el equilibrio fiscal, el dólar oficial debería escalar $1300, en tanto el pass trough sería apenas del 0.4%
Lo concreto es que hasta ahora Milei había sido muy claro respecto a la convergencia de las principales tres variables macroeconómicas: inflación, tasas de interés y precio del dólar. “Vamos hacia ahí y en ese momento vamos a abrir el cepo”, repitió en varias oportunidades. Y sobre la reducción del crawling peg del 2% al 1%, fue la semana pasada cuando lo anunció: “Siempre y cuando una inflación por debajo del 2.5% nos lo permita”. Su propia meta no se alcanzó, pero igual lo bajó. Ahora, con la inflación al alza y el crawl a la baja, las variables lejos de ir a la convergencia amplían su brecha.
El anuncio de la reducción del crawl sin bajar las tasas fue leída por el mercado como respuesta a la presión ejercida por los fondos internacionales. “Al bajar la devaluación del oficial, el mensaje de Milei al mercado de capitales global fue: si no les gusta así no vengan, yo puedo seguir aguantando con los locales, garantizando las ganancias”, indicó la fuente consultada.
La resistencia de Milei a la devaluación es porque entiende que un salto del dólar puede desatar una espiralización inflacionaria. Así entierra la explicación de la inflación como un fenómeno exclusivamente monetario, producto del déficit fiscal. Se pelea así con toda la escuela liberal que cobija la figura de Milton Fridman, a quien el Presidente reivindica. Por eso lo enoja tanto las críticas sobre el atraso cambiario “En definitiva el dólar está completamente estatizado”, concluyó un analista financiero.