El flamante diputado Federico Tournier está a punto de convertirse en el primer integrante del bloque de la UCR en pagar con su propia salida la bronca por la foto que él y cuatro colegas suyos se sacaron con Javier Milei en Casa Rosada, antes de la sesión en la que apoyaron el veto presidencial contra el aumento jubilatorio.
Mientras Facundo Manes impulsa en los órganos partidarios la expulsión de Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol, Pablo Cervi y el legislador correntino, Rodrigo De Loredo hace lo posible por protegerlos de la purga.
Si bien el titular de la bancada intenta retenerlos, el sector del neurocirujano pide la cabeza de los visitantes del Presidente pero concentra su rabia contra el Tournier, que asumió el mes pasado como relevo de Alfredo Vallejos, quien volvió a su provincia para tomar la cartera de Seguridad en medio de la crisis del gobierno de Gustavo Valdés por la desaparición de Loan Peña.
De hecho, Tournier ni siquiera es radical. Su trayectoria política lo ubica como militante y dirigente del partido Encuentro Liberal (ELI), una de las patas que sustentaba hasta hace poco la administración de Valdés.
Según fuentes territoriales, Tournier es un hombre del presidente de la Cámara de Diputados correntina, Pedro “Perucho” Cassani. Oriundos de Goya, los dos desafían al mandatario provincial y, por esa razón, hay quienes interpretan su eventual expulsión o partida del bloque como una apuesta del ELI por darle más referencia y exposición pública a un dirigente que podría capitalizar su sintonía con las ideas del gobierno libertario para crecer políticamente sin el tutelaje de Valdés ni la UCR.
Cerca de De Loredo negaron rotundamente a LPO que se fuera a dar esa salida. “Seríamos el único bloque que decide tener menos cantidad de miembros, un hecho que solo la UCR podría plantearse”, dijeron irónicamente.
Por otro lado, los seguidores de Manes están masticando rabia porque no lograron echar al quinteto “con peluca”, tal como llaman desde hace 72 horas a Campero, Arjol, Cervi, Picat y el propio Tournier, por acercarse a Milei. “El quinteto de la muerte ya se volvió cuarteto porque se fue Tournier”, aseguraban este viernes en el entorno del médico.
En los pasillos de la Cámara Baja, interpretan que ante la impotencia por expulsar a los cinco radicales de cepa libertaria se concentraron en empujar fuera de la bancada a uno, justamente al que suponían que nadie en el bloque iba a defender. “Tournier ni siquiera es radical”, comentaban sus detractores esta semana, acaso haciéndole un favor a su aventura política.
Como sea, en Corrientes alertan que el movimiento de Tournier podría abrigar la intención de mostrarse ante el gobierno como otro dirigente libertario para la ampliación del espacio. Desde un despacho de LLA coinciden con esa perspectiva: “Es liberal, podría ser que termine acá”, respondían ante la consulta de LPO sobre su eventual incorporación al bloque de Martín Menem y Gabriel Bornoroni.
Por lo pronto, el quinteto tendría hasta su propio grupito de WhatsApp. “O nos rajan a todos o nada”, desafió uno de ellos, y agregó: “vamos a dar la pelea desde adentro”.