La cantidad de arribos que hizo a Córdoba en el último tiempo el exministro de Transporte de la gestión de Cambiemos, Guillermo Dietrich, dio sus réditos con el acuerdo entre él y Mauricio Macri para correr de la asamblea a Patricia Bullrich. Y que se plasmó este jueves en medio de una polémica con el binomio integrado por Martín Yeza y Adela Arning al frente del órgano que tiene el PRO para sellar alianzas con otras fuerzas.
Precisamente, detrás del exintendente de Pinamar, el desembarco de Arning, intendenta de la localidad cordobesa de Mendiolaza, responde directamente al rol de Dietrich y el papel de estratega que jugó en este esquema de Macri para darle el autazo a la ministra de Seguridad de Javier Milei. “‘Guillo’ tiene un rol clave porque fue el que siempre manejó la fiscalización en las elecciones del PRO. Por lo que tuvo el control de un insumo esencial y que, mirando hacia adelante como el 2025 o el 2027, cotiza”, dijo un cordobés del PRO que conoce el desempeño del exministro.
Sin embargo, el ingreso de Arning como una cara ‘nueva’ dentro del espacio amarillo en Córdoba tuvo un impacto directo en la reconfiguración del partido. En una provincia a la que Macri definió como propia en momentos de esplendor político del expresidente de Boca y en la que ahora quiere pasar la zaranda.
De hecho, Arning fue la anfitriona de Macri en la reunión que organizó Dietrich junto a Darío Nieto y que contó LPO hace unas semanas en la zona norte del Gran Córdoba. Allí, a la flamante vicepresidenta de la asamblea y al resto de los dirigentes, Macri les dijo que “a Milei se le gana corriéndolo por derecha”.
Bronca en el PRO con ‘Daro’ Nieto y Dietrich porque expusieron a un papelón a Macri
Arning fue candidata en su ciudad en 2019 y perdió frente al radical Daniel Salibi, quien así encaró su sexto mandato hasta que entregó el gobierno el año pasado a la mujer del PRO que derrotó al pupilo del caudillo UCR.
Salibi, al igual que Arning, también tejió un vínculo con Macri. Aunque su antecesor lo hizo vía el empresario Manuel Tagle y era también un asiduo anfitrión en las giras de golf del entonces presidente.
En tanto, volviendo a cómo quedó el tablero amarillo en Córdoba, el resultado del acuerdo entre Macri y Dietrich para empoderar a Arning repercute fuerte en los intereses de la actual vicepresidenta del partido, la concejala Soher El Sukaría. Porque un armado legislativo 2025 del PRO en Córdoba la podría tener a la actual intendenta de Mendiolaza usufructuando un lugar en la lista detrás de la intención de algunos de renovar las caras de la fuerza.
Algo en lo que, algunos amarillos en Córdoba ponen reparos. “Gobernar Mendiolaza es manejar un country. Tranquilos, falta mucho”, dijo una voz importante del PRO a este sitio.
De todas maneras, Sukaría estuvo en Buenos Aires este jueves y en redes publicó una foto felicitando a Arning, diciendo sentirse “orgullosa como cordobesa de la elección de Adela como autoridad nacional”.
Laura Rodríguez Machado
No obstante, la otra mujer del PRO cordobés que sale fortalecida a pesar del mal trago para el bullrichismo este jueves es la diputada Laura Rodríguez Machado. La referente más fuerte de la ministra de Milei en Córdoba renueva banca el año próximo y puede quedar dentro del esquema entre los libertarios y la pata bullrichista del PRO.
Por último, el presidente del partido en Córdoba, Oscar Agost Carreño, la presa por la que pretendieron correr varios -incluso Arning y Sukaría- hoy miró el desenlace de la asamblea amarilla a la distancia. Cuentan que rechazó una invitación, pero que dejó órdenes claras de cómo debían jugar los asambleístas que le responden.
A cambio, sigue ganando tiempo, ve cómo se esfuman por ahora las chances de correrlo de la presidencia porque, como dijo un macrista con despacho en Buenos Aires “Mauricio después del frente abierto con Patricia no quiere conflictos provinciales. Al contrario, busca aliados”.
Y de manera escueta la misma fuente reconoció que el referente cordobés que le gustaría al expresidente en Córdoba es Gustavo Santos, el hombre fuerte del turismo a nivel regional y alejado casi de manera definitiva de la rosca partidaria.
Así, repercutió en Córdoba el día en el que Macri se manchó las manos, mostró los dientes y se encargó de la tarea fina mostrando las manos en la superficie.
