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El Gobierno intenta volver a meter la privatización del Banco Nación y se cruza con Llaryora

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El Gobierno intenta volver a la carga con la privatización del Banco Nación que tuvo que sacar de la ley ómnibus y hace crujir al peronismo cordobés.

La discusión amenaza con dejar expuesta una fractura en el disciplinado bloque de Diputados del peronismo cordobés, donde schiarettistas y llaryoristas librarán una batalla abierta.

El enfrentamiento se iba a producir en el marco de la discusión por la ley bases, que en una de sus penúltimas versiones incluyó la incorporación del capital privado a esta entidad de crédito. En ese marco, Gutiérrez y Torres anticiparon a sus colegas de sub bloque que iban a votar a favor del artículo 8, que habilitaba la privatización del Nación. Aunque esa posibilidad no estará en discusión por ahora, el Gobierno adelantó que insistirá, por lo que la tensión sigue.

Los dos diputados que responden al exgobernador, Alejandra Torres y Carlos Gutierrez, habían anticipado que votarían a favor del desembarco de privados al Nación; mientras que Ignacio García Aresca, lugarteniente de Llaryora en Diputados, lo rechazaría, al igual que Natalia de la Sota, que ya viene de punta con todo el paquete de leyes que promueve Milei.

Aunque Juan Schiaretti fue siempre un defensor de la banca pública, en este caso apoyará la privatización del Nación, que preside Daniel Tillard, ex presidente del Banco de Córdoba durante la gestión de Schiaretti.

De las estructuras de Schiaretti que desembarcaron en el Gobierno nacional, la que encabeza Tillard en el Nación es la más sólida tras la eyección de Osvaldo Giordano de la Anses y el parate de la obra pública y el poco margen de acción de Infraestructura, a cargo de Luis Giovine, ex presidente de la empresa provincial de energía de Córdoba.

Para actualizar la cuenta de “cordobeses” en el esquema de Milei: el secretario de Transporte, Franco Mogetta, tiene lazos propios con el Gobierno nacional y estrecha amistad con Gabriel Bornoroni, por eso el vínculo con Schiaretti no es determinante como en los casos anteriores.

En el caso de Llaryora, cruzar la línea de privatización del Nación tiene un componente emocional: su padre, Luis Alberto, fue hasta su muerte en 2011 el jefe de La Bancaria en San Francisco, rol por el que debió vivir varios meses en la clandestinidad durante la dictadura, marco en el cual el ahora gobernador cordobés vivió a resguardo de la familia García Aresca. Desde entonces, el gobernador y el diputados son “hermanos de la vida”. 

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