El Partido Socialista de Cataluña le arrebato la mayoría absoluta a los independentistas por primera vez desde que comenzó el denominado “procés” liderado por Carles Puigdemont que incluyó la declaración fallida de independencia con el referéndum de 2017.
Salvador Illa se consagró de esta manera como uno de los lideres del PSOE más fueres por debajo de Pedro Sánchez. El ex ministro de Salud alcanzó los 42 escaños pero deberá negociar con ERC y Junts para llegar a los 68 apoyos de la mayoría para llegar al gobierno. Otra opción sería conseguir un acuerdo con los comunes primero y, después, conseguir una abstención de otras fuerzas, comenzando por el PP.
El acuerdo PSOE-ERC incluye la condonación de una deuda de 15 millones de euros
Una de las conclusiones que arroja el proceso electoral catalán es que la amnistía impulsada por Sánchez cumplió el objetivo de desactivar el auge independentista. De hecho, uno de los escenarios posibles es un acuerdo entre los socialistas y ERC, rama de centroizquierda de los catalanes, dividiendo su alianza con Junts de Puigdemont.
Por su parte, el Partido Popular logró recuperarse, Vox se mantuvo y se sumó al Parlamento Catalánla extrema derecha independentista de Aliança Catalana. Los populares dispararon de tres a quince escaños y logró comerse literalmente los restos de Ciudadanos en la comunidad que vio nacer al partido naranja. Lo que no logró el PP fue rebajar el peso de Vox. Los de Ignacio Garriga y Santiago Abascal mantuvieron los once escaños que ya tenían e incluso sumaron casi 30.000 votos más
En su discurso, Illa se centró en destacar que Cataluña “abre una nueva etapa” y que los catalanes han decidido influidos “por muchos factores”, de los que destacó “las políticas seguidas por el Gobierno de España y su presidente, Pedro Sánchez”, con los indultos a los condenados por el procés primero y con la amnistía, después. “Será para todos los catalanes, piensen lo que piensen, hablen la lengua que hablen y vengan de donde vengan”, agregó.
Lo que dejó claro Illa es que se presentará a la investidura a la presidencia de la Generalitat. Con ello, el líder del PSC quiso dar la señal que no sucumbirá a las presiones del independentismo para que renuncie a su victoria y a la presidencia a cambio de que Junts siga apoyando al gobierno de Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados.
Carles Puigdemont terminó con un sabor agridulce. El expresidente ha logrado revitalizar a su partido con una campaña hiper personalista, pero solo ha sumado cuatro escaños a los 32 que obtuvo en las últimas elecciones. Con el 21,6% de los votos, los de Puigdemont lideran el espectro independentista, pero se quedan muy lejos de poder articular una mayoría para continuar con el proceso independentista.
Puigdemont felicitó a Salvador Illa y destacó que Junts es la única fuerza independentista que ha crecido en votos y en escaños. Con todo reconoció que esto “no es suficiente” para ganar las elecciones y “menos para comenzar la caída de las otras dos candidaturas independentistas”. “Ha habido una movilización unionista como consecuencia de la estrategia de la españolización de la campaña”, afirmó. Según informa El País, los independentistas han pasado de tener 74 escaños a solo 59. Y del 52% de los votos al 39,4%. Ello sin contar el 3,8% que ha logrado la extrema derecha de Aliança Catalana. Diciendo que a Cataluña no le conviene un tripartito de izquierdas, Puigdemont emplazó a ERC a abrir negociaciones para sumar sus diputados.El presidente Pere Aragonés fue el gran perdedor. Su partido, ERC, logró retener 20 de los 33 escaños que tenía y perdió más de 180.000 votos. “Asumiremos responsabilidades después de hacer una lectura de los resultados”, planteó en su exposición.”La ciudadanía ha dicho que le toca a otro liderar la nueva etapa. Corresponderá al PSC y a Junts gestionar la nueva etapa”, señaló abriendo un camino posible de acuerdos.