“A Mauricio lo único que le interesa es Caba, provincia de Buenos Aires y La Nación+”. Así define un conocedor de la interna PRO en Córdoba el rol del expresidente Macri en medio de las tensiones de las que los amarillos cordobeses se contagiaron de la ebullición en territorio bonaerense.
A mediados de semana, un grupo integrado por la concejala y vicepresidenta del partido, la macrista Soher El Sukaría, los intendentes Pablo Cornet, Adela Arning y Sara Majorel de Villa Allende, Mendiolaza y Marcos Juárez, respectivamente, y la senadora Carmen Álvarez Rivero reactivó la presentación en el Tribunal de Disciplina del partido para destituir al presidente amarillo, el diputado nacional Oscar Agost Carreño. El hombre que arrancó su mandato el año pasado para reemplazar a Gustavo Santos en la Cámara baja y que, en diciembre último, saltó del bloque PRO que conduce Cristian Ritondo a la bancada de Miguel Pichetto donde están, además de los peronistas cordobeses, Emilio Monzó y Nicolás Massot.
Sugestivamente, quien no se sumó al reclamo por el desplazamiento de Agost Carreño fue la también diputada nacional Laura Rodríguez Machado. La parlamentaria, que se mantiene en la bancada de Ritondo, no adhirió al reclamo que lidera Sukaría y algunos sostienen que se debe al escenario 2025, donde ella debería renovar mandato y en esa disputa enfrente está precisamente Sukaría.
“Si el PRO estalla y hay un acuerdo de una pata amarilla con La Libertad Avanza, Laura es candidata fija en la lista cordobesa”, razonó una fuente a LPO por la pertenencia de Rodríguez Machado al espacio interno que lidera Patricia Bullrich.
Por su parte, Sukaría en esa carrera necesita de la venia de Macri y es lo que advierten otros amarillos cordobeses. “Por las dudas Mauricio no entre en la discusión, Soher busca puentes con los libertarios. Se juntó con (Javier) Milei, con (Gabriel) Bornoroni, pidió algunos lugares en oficinas nacionales, pero nada de eso por ahora prosperó”, cuentan.
La respuesta de Agost Carreño a esa embestida de esta porción del PRO, desde donde también ven, además de la jugada de Sukaría, la presencia de Guillermo Dietrich vía los intendentes Cornet y Arning, llegó este viernes.
En un comunicado, el diputado habló de “un grupo minoritario” y se defendió al sostener que al bloque Hacemos lo preside “el excandidato a vicepresidente de Macri en 2019”, por Pichetto. Además del respaldo de los gobernadores Rogelio Frigerio y Nacho Torres.
No obstante, en la lógica cordobesa, lo jugoso aparece en el tramo final del comunicado. “Plantear que esta situación es reprochable implicaría que también lo sea la decisión de Macri para que Luis Juez sea el jefe del bloque PRO en el Senado”, señala. Con el objetivo de direccionar la crítica a un actor con el cual, los que plantean la destitución de Agost Carreño, no saldrían a chocar.
Y sobre el final, Agost afirma que Sukaría tiene un acuerdo con el peronismo de Córdoba a través de funcionarios en la gestión de Martín Llaryora y “cargos y favores con (Daniel) Passerini”, por el intendente de la capital cordobesa.
En el anterior intento por destituir a Agost Carreño en febrero pasado, el resultado de la votación en la asamblea favoreció al diputado 20 a 8. Pero, además, el sector que respalda al parlamentario reconoció a LPO que la injerencia sobre una buena parte de los 20 delegados cordobeses en la asamblea nacional le significa a Macri “la herramienta para bloquear la alianza que Patricia empuja con Milei”.
La cúpula del PRO en Córdoba arrastra tensiones desde el 2023, cuando el ahora expresidente Javier Pretto se fue con el PJ cordobés para ser el viceintendente de Passerini. Y la llegada de Agost Carreño a la presidencia amarilla estuvo en la mira en todo momento, pero con dos capítulos centrales: el salto de bloque y la denuncia por los registros del automotor.
No obstante, el titular del partido en Córdoba se ampara en un acuerdo con Macri de no intervención en las provincias y donde el garante de esa ‘no avanzada’ es Facundo Pérez Carletti, el hombre de la cúpula nacional que sigue el clima de las provincias. Después de las tensiones bonaerenses, Córdoba reaviva su propia interna donde, una vez más, la lógica no persigue de manera lineal las fricciones nacionales.