Guillermo Francos quiso anotarse un triunfo político con el anuncio de una inversión de YPF, pero terminó cometiendo un grosero error en la disputa con el fondo buitre que ganó el juicio por la expropiación de YPF y busca cobrar 16 mil millones de dólares.
El jefe de Gabinete anticipó este miércoles que YPF suscribiría un convenio con una de las petroleras internacionales más grandes del mundo para vender un tercio del gas de Vaca Muerta.
“Probablemente, en las próximas horas se suscribiría un Memorando de Entendimiento con una de las compañías petroleras más importantes del mundo, lo que implicaría un ingreso total de USD 140.000 millones para la Argentina en un plazo de dos décadas”, dijo el funcionario. “Esta empresa puede comprar un tercio de las exportaciones de gas de Argentina, que equivalen a unos USD 7.000 millones anuales por 20 años, lo que garantizaría una enorme estabilidad financiera para el país”, agregó Francos.
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Más allá de no mencionar a la empresa contraparte, una desprolijidad mayor es que haya sido Francos quién efectuó el anuncio. La petrolera de bandera es una sociedad anónima, con un 51% de participación estatal, entre nación y provincias. El 49% restante pertenece a capitales privados. Esto quiere decir que YPF es una empresa y no un organismo público.
Ese argumento es el que recogió la jueza Loretta Preska, a cargo del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, para correr a la compañía como demandada en la causa por la estatización que lleva adelante el fondo buitre Burford en sociedad con la familia Eskenazi.
Cuando el año pasado, a fines de mayo, en el mismo fallo Preska condenó al Estado argentino a pagar más de USD 16.000 millones por haber expropiado mal YPF en 2012, exculpó a la petrolera.
Desde entonces, Burford está haciendo lo posible por cobrar y subir otra vez a YPF al ring. Con ese objetivo introdujo la figura del “alter ego”, una novedad en la causa. El objetivo es demostrar que YPF y el Estado argentino están bajo la misma conducción política. El anuncio de Francos se lo confirma.
“Tenemos un presidente de la empresa petrolera más grande del país, YPF, que está recorriendo el mundo vendiendo petróleo y gas, y tiene una aceptación impresionante”, dijo Francos en alusión a Horacio Marín.
Lo concreto es que Francos le hizo un pase de gol a los buitres. Las declaraciones podrían ser un elemento más entre las pruebas que presente Burford ante Preska.
Aunque las declaraciones de Francos no colaboran con los tiempos de la causa, las chances que tiene de prosperar el objetivo de este fondo buitre son casi nulas. Para comprobar la figura de alter ego debe concluirse que el gobierno ejerce un control extendido de la filial y que constituye a un control cotidiano de su operatoria comercial. Ni siquiera fijar precio es un elemento probatorio del alter ego.
La defensa argentina coincide en que lo “ridículo” es que este caso se tramite en Nueva York. “Es un conflicto entre partes argentinas, a lo sumo empresas españolas, donde además se aplica la ley argentina, y mal”, afirmó a LPO una fuente que tuvo su participación en el litigio que remarcó: “Preska aplica legislación argentina porque rige la jurisdicción nacional para la resolución de conflictos. Que se haya quedado con la causa, resulta insólito”.
Como sea, dado que Argentina tiene un fallo en contra que los buitres quieren cobrar a toda costa, la torpeza del gobierno resulta innegable.
La jugada se asemeja a lo que padece Toto Caputo con el opaco envío de oro a Londres. Otra causa que une también a Preska con Argentina. En este caso se trata del fondo Bainbridge que le pide a Preska obligue a Argentina a revelar información sobre el destino de los lingotes. El fondo que reclama USD 95,8 millones desde 2016 por bonos impagos, bloque la operación del crédito con Basilea, tal como contó este medio. Bainbridge, con sede en Bahamas, conserva lo bonos defaulteados del 2001. Resistió hasta la apetecible oferta de Mauricio Macri al inicio de su gobierno, que vale recordar aún sigue abierta.
Este jueves Argentina tiene que responder si acepta entregar la información sobre la localización del oro a este fondo buitre. Si se niega, será Preska la que determine. Lo paradójico, es que así sea voluntariamente o por decisión de la jueza norteamericana, el buitre Bainbridge tendrá la información sobre el oro, ocultada al resto de los argentinos.