Tras la polémica con Javier Milei por la millonaria inversión de YPF y Petronas que finalmente irá a Río Negro, Axel Kicillof, presentó su propio RIGI bonaerense, un régimen para atraer inversiones a la provincia de Buenos Aires.
El lugar elegido para la presentación fue Ituzaingó, un municipio del oeste del conurbano, en el marco del Día de la Industria. El régimen establece beneficios como exenciones fiscales sobre los impuestos de Ingresos Brutos, Inmobiliario y de Sellos.
Estas exenciones varían de acuerdo al monto de la inversión. Por caso, hasta USD50 millones la exención será del 30% durante cinco años. En caso de una inversión de entre USD 50 millones y USD 200 millones la exención será del 25% durante cuatro años. En cambio, si la inversión es por más de USD 200 millones la exención será del 20% durante tres años.
Además, se suman algunos beneficios adicionales en base al cumplimiento de determinadas condiciones como 10% de exención y dos años más para proyectos que permitan la sustitución de importaciones o la innovación tecnológica. También para iniciativas que aumenten el empleo o se localicen en zonas de bajos ingresos. También sumarán 5% de exención y un año más si incrementan las exportaciones, adoptan políticas de género o sostenibilidad ambiental.
El RIGI bonaerense aplicará a iniciativas para desarrollar nuevos procesos productivos, construir nuevas plantas o ampliar instalaciones en la industria manufacturera, sectores vinculados a servicios o de uso intensivo de recursos naturales.
Una de las condiciones que impone el régimen establece que las inversiones que superen los USD 50 millones deberán presentar un programa que contemple, de forma incremental, que al menos el 50% de los pagos a proveedores deberán ser destinados a empresas radicadas en la provincia de Buenos Aires.
Kicillof había anunciado el 15 de julio que enviaría un proyecto a la Legislatura para aprobar un régimen de inversiones puntual en la provincia de Buenos Aires. Era una estrategia para evitar adherir al RIGI que Javier Milei incluyó en la Ley Bases, resistida al extremo por el gobernador.
Sin embargo, ese proyecto nunca se trascendió y quedó en el centro de la polémica cuando YPF anunció que la planta de GNL se llevaría a Punta Colorada, Río Negro. Para el gobierno de Kicillof esa jugada fue un shock que duró varios días.
En Ituzaingó, el gobernador estuvo acompañado por más de 50 representantes de sindicatos y empresarios. Allí expresó su descontento con la situación actual de la industria argentina, señalando que “no hay nada para festejar” bajo la gestión de Milei.
Además, remarcó los alarmantes indicadores económicos que reflejan una recesión sin precedentes, comparándola con crisis históricas como la hiperinflación de los años 80 y la crisis de 2001.
Según el gobernador, la actividad económica ha caído un 7,9%, la industria un 16%, y el consumo un 23%, lo que ha llevado a un fuerte declive del empleo.
Kicillof argumentó que las políticas del actual gobierno están diseñadas para desmantelar la industria nacional, afirmando que “hay que entender que estos proyectos que hacen daño a la industria no lo hacen de forma colateral”. Criticó la apertura importadora y el atraso cambiario, y denunció que el gobierno de Milei ha traicionado a las mayorías populares bajo la premisa de un ajuste que nunca fue respaldado por los votantes.
“Nuestro compromiso es luchar contra las políticas de desindustrialización y plantearnos un futuro con más y mejor industria para la provincia de Buenos Aires y la Argentina”, explicó Kicillof y concluyó: “Tenemos claro que no hay Nación sin industria: cuenten con la Provincia como red y como escudo frente a las políticas del Gobierno nacional”.