El último informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal -IARAF- reveló una caída de la recaudación inquietante a seis meses de gestión. En junio, el derrumbe fue del 15% y amenaza el superávit que logró Caputo en base al ajuste histórico.
En el gobierno festejan el superávit fiscal que en los primeros cinco meses del año fue de 0,4% del PBI y gracias al aplazamiento del pago a las energéticas. Ahora, la tendencia a la baja de la recaudación complica los planes.
Además, el informe confirmó la profundidad de la recesión; los impuestos vinculados al consumo registraron la principal caída. Solo de IVA, la baja registró 20.6% en términos reales.
Esta situación repercutió fuertemente en las provincias que perdieron un 24% en términos reales de transferencias automáticas. A esto, se suma la paralización total de las transferencias secundarias del gobierno central que deja a los gobernadores en una situación complicada en un mes en el que deben afrontar el pago de aguinaldos.
Por otro lado, economistas advierten que Caputo “maquilló” los números de junio para ocultar la recesión por 200 mil millones con la postergación en mayo del impuesto a los débitos y créditos y el pago de impuesto PAIS sobre los bopreal de diciembre.
Ahora, para sostener la recaudación en el segundo semestre, Caputo evalúa postergar una polémica medida impulsada por la gestión de Massa que en su momento le valió un fuerte reproche de parte de la UIA: la imposibilidad de los importadores de utilizar los certificados de no retención de IVA y Ganancias.