Alberto Fernández, ex presidente de Argentina, vive uno de los momentos más oscuros de su carrera. Desde el fin de semana, se encuentra recluido en su departamento en Puerto Madero, en el complejo River View, que le presta su amigo y publicista Enrique “Pepe” Albistur.
Desde allí, el ex mandatario ha estado en contacto únicamente con su círculo más cercano, incluido su medio hermano Pablo Galindez, mientras prepara su primera declaración pública tras las graves acusaciones de violencia de género que Fabiola Yañez, su ex pareja, ha presentado en su contra. La denuncia, que ha tomado un giro explosivo tras la revelación de fotos y chats en poder de la Justicia, ha conmocionado tanto a su entorno como al panorama político en general.
El shock fue inmediato tras la publicación en Infobae de las imágenes que muestran a Yañez con un ojo morado y un moretón en el brazo, pruebas clave en la causa judicial que ya le ha costado a Fernández una prohibición de salida del país y una orden de restricción. Aunque Fernández insiste en su inocencia, su situación se ha complicado aún más por la búsqueda desesperada de una abogada para su defensa. Hasta anoche, no había conseguido representación legal definitiva, lo que añade incertidumbre a su ya crítica situación.
El ex presidente ha recibido la visita y el apoyo de figuras como Julio Vitobello, Juan Manuel Olmos y Alberto Iribarne, quienes han estado cerca de él en estos días difíciles. Sin embargo, la mayoría del arco político y de sus propios correligionarios del peronismo han reaccionado con duras críticas, mientras que las redes sociales han estallado con comentarios y teorías sobre el caso.
Fernández, quien salió del gobierno con una imagen vapuleada, se encuentra ahora en el ojo de un vendaval judicial y mediático que podría marcar un punto de no retorno en su vida pública. Su entorno sigue “shockeado” y el país entero está atento a sus próximos pasos, que incluirían una entrevista con un medio español en las próximas horas.
