En medio de la parálisis de la obra pública nacional, Martín Llaryora habilitó dos autovías de montaña, impactantes rutas que procuran potenciar el turismo en Punilla y Calamuchita, con una inversión pública de 230 millones de dólares, ambas iniciadas por Juan Schiaretti durante su último año de gestión.
“Córdoba creció 400.000 habitantes más en el último censo. Y en eso ha tenido que ver la infraestructura, la posibilidad de venir a lugares hermosos, con comunicación. Es la infraestructura lo que nos está dando el salto cualitativo y el salto de diferenciación con el resto de las provincias hermanas, volviendo a Córdoba uno de los lugares más atractivos para vivir y para invertir”, dijo Llaryora al habilitar las autovías.
Después de un año de obras low cost, la escenificación de la habilitación de ambas autovías es un anticipo del plan de Llaryora para 2025, cuando tenga que enfrentar su primer test electoral con el objetivo de retener las bancas que Hacemos por Córdoba pone en juego (dos), pero sobre todo con la estrategia nacional de gobernadores afines de no ceder posiciones en el Congreso ante el oficialismo.
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En ese marco, Llayora proyecta un billón de pesos para obras de infraestructura, y destinará el 40% de los recursos a la construcción o mejoras de caminos.
Más de la mitad de esos recursos irán a fondear a la empresa estatal Caminos de las Sierras, que tiene como grandes ejecuciones la construcción del viaducto de Valle Escondido (uno de los countries más grandes de la ciudad) y la duplicación de la avenida que une Córdoba con Villa Allende. Son mimos al electorado cordobesista, ese que votó por el PRO y La Libertad Avanza en las elecciones nacionales, y por el peronismo cordobés en las provinciales.
En el presupuesto de Caminos de las Sierras aparece una partida de 136 mil millones de pesos para “nuevas redes viales”. Es una reserva presupuestaria ante las gestiones que Llaryora encaró con Guillermo Francos para el traspaso de la autovía 19, un demorada obra entre Córdoba y San Francisco, la ciudad natal de Llaryora. Si logra finalizarla será un hito para él: en un caso inédito, Llaryora fue el intendente de ambas ciudades.
Con obras paralizadas desde 2021, sólo restan 65 kilómetros para culminar las cuatro manos. Es la autopista que termina en la ciudad de Santa Fe, por lo que es estratégica para la Región Centro al unir las capitales de ambas provincias.
El plan de obras públicas alimenta la diferenciación con las políticas de Milei, algo que Llaryora entiende podrá facturar en 2027.
“Nosotros los cordobeses hemos decidido no bajar los brazos y seguir haciendo obras de infraestructura. En un país en crisis y recesión, con tantas dificultades, los cordobeses vamos a hacer un hecho histórico. Inaugurar una autovía, ya es un hecho histórico. Ahora, inaugurar dos, no sé en qué lugar del mundo se van a dar el lujo de hacerlo”, dijo el cordobés al recorrer los 50 kilómetros de ruta entre montañas y sobre el lago San Roque.