Todo surgió por un mail que entre una pila de documentos quedó ante los ojos del abogado de una víctima. El letrado prestó atención y advirtió un hilo que permitía, quizá, llegar a dinero colocado en el exterior. Presumiblemente el de inversores que habían confiado una fortuna al financista Luis Herrera. Seguir la ruta del dinero dio frutos: se encontraron cuentas en el extranjero donde presuntamente estaba el dinero que a los damnificados no les devolvían. Y esta mañana los responsables presuntos de un fraude descomunal a centenares de ahorristas rosarinos quedaron frente al fiscal que lo acusaba y a un juez.
Los detalles de la audiencia de este jueves fueron, para las víctimas que escuchaban, dolorosos e indignantes. El fiscal Miguel Moreno describió cómo la familia de Luis Herrera, miembros de la antigua sociedad de Bolsa de Rosario Fernández Soljan, en carácter de empleados y directores, defraudaron de manera constante y permanente a inversores que confiaron sus ahorros para ser invertidos en el mercado de Chicago. Pero mientras tanto destinaban esos fondos a otros fines, diferentes a lo ofrecido.
Lo que se investiga es una historia increíble donde un financista del establishment rosarino de paladar negro, en una agencia que pertenecía a su suegro que nada tiene que ver con lo ocurrido, se apoderó de dinero y lo administró de manera fraudulenta y estafatoria. Son 35 millones de dólares como mínimo. Los damnificados ascienden a unos 350 ahorristas de clase media y alta que no dudaron en hacer colocaciones en una firma de prestigio. A la audiencia de hoy se sumaron 100 denunciantes.
Son tres personas las que se presentaron para quedar detenidas el lunes en la sede de la Policía de Investigaciones hasta la audiencia de hoy. Luis Herrera, sus hijos Ignacio y Diego, y la esposa del primero y madre de los últimos, Marcela Fernández, comparecieron ante la jueza Paula Alvarez. El fiscal Moreno pidió prisión preventiva para todos.
El financista de Rosario se entregó a la policía junto a sus dos hijos acusado de fraude millonario
Según quedó expuesto en la audiencia, el fraude investigado traspasa el daño económico y revela costados ofensivos e hirientes para las víctimas. Quedó claro cuando se expusieron los detalles de mensajes recuperados de dispositivos secuestrados. En una de ellas uno de los hijos de Herrera está hablando de manera poco contenedora de las empleadas que sufren al atajar las embestidas del tendal de víctimas que quieren y no pueden recuperar su plata.
Que la chupen
“Que las chicas la chupen. Ellas son empleadas y tienen que venir, por mas que lo pongan como que hacen solidaridad”, dice Ignacio Herrera. Según reportaron abogados querellantes, las empleadas estaban en un chat laboral grupal con el nombre “The Office”. En un momento la sociedad las desvinculó y quedaron en la calle. Con el agravante de que familiares de esas mujeres habían hecho inversiones con esa agencia que no recuperaron. Declararon las tres en audiencias previas. El suegro de una de esas empleadas se quitó la vida.
“Fue terrible, la gente seguía viniendo a la oficina pero había ordenes de arriba de que no suban los clientes. Y hubo un momento en que nosotras estábamos en atención al público. Diego nos decía que teníamos que informarles abajo por la pandemia que no podían subir. Todo este tiempo venían clientes y nos mandaban a nosotras. Ahí fue que dije hasta acá llegué. Y entonces Luis (Herrera) nos dijo que nos vayamos de la oficina”, dijo la empleada según consta en el legajo del caso. Hasta la fecha ninguna fue indemnizada.
Al horno
La debacle de la firma, que reveló el esquema de fraude, se manifestó durante la pandemia. El fiscal indicó que en la imputación original, se entendió que la asociación ilícita administró fraudulentamente las cuentas de los clientes hasta fines de 2017 y a partir de ese momento comenzó a estructurar un sistema piramidal de estafa, conocido como esquema Ponzi, empleado por los imputados con el fin de lograr atraer nueva víctimas.
El dinero de estos nuevos ahorristas fue desviado de los fines para los que se había entregado y era en parte utilizado para satisfacer pedidos de inversores más antiguos, sin que nadie pudiera advertir el destino del dinero entregado.
Los cuatro acusados habían sido imputados previamente y obtuvieron la libertad bajo caución. Pero la nueva evidencia de la continuidad de los delitos económicos produjo la reimputación.
Con nueva evidencia aparecen nuevos hechos y se traza una nueva línea divisoria, estableció el fiscal Moreno, que se establece en diciembre de 2020.
La conclusión del fiscal proviene de nueva prueba que indica que, más allá de 2017, la asociación ilícita realizó inversiones en el exterior mediante brokers, como Cunningham Commodities LLC y WedBush Securities Inc. Estos operaban en el Mercado de Futuros de Chicago. Se advirtió un descalce en la liquidez a partir fines de 2020, cuando Herrera comenzó a celebrar una serie de mutuos con REBA SA (la compañía financiera Transatlántica), que fueron analizados y debatidos en la investigación a Herrera.
Eso se hizo, según el fiscal, con el fin de disimular frente a la clientela la situación financiera que atravesaba la asociación ilícita enmascarada bajo una sociedad bursátil de trayectoria histórica y prestigio. En esa misma línea, se contabiliza evidencia que da cuenta de que el desfalco a las cuentas comitentes administradas por Fernández Soljan SA, fue perpetrado para ocultar a las víctimas que habían entregado su dinero para operar en Chicago la falta de liquidez.
Según los acusadores, los imputados engañaron al menos por un tiempo, a las víctimas de CBOT. “Estas conductas fueron realizadas por Luis, Ignacio y Diego Herrera, con el conocimiento evidente de Marcela Fernández”, indicó el fiscal.
Un detalle más que sobresaliente fue la investigación impulsada por un equipo de trabajo donde acudían varios abogados querellantes junto al fiscal. Uno de los letrados aportó un mail encontrado en un celular secuestrado en la oficina de Herrera. Eso se encadenó con un resumen de una cuenta en el exterior y luego con órdenes de transferencias encontradas en la PC de Luis Herrera. Eso permitió formular solicitudes a organismos estadounidenses que brindan información pública en Estados Unidos. Eso redondeó la obtención de nueva evidencia probatoria de la estafa y como el dinero que se les retaceaba a las víctimas estaba asegurado en cuentas externas.
Todo afuera
En un allanamiento realizado el 19 de noviembre de 2021 en la firma Fernández Soljean, en Rioja 1474 de Rosario, se secuestraron resúmenes bancarios a nombre de Luis Herrera, Ignacio Herrera y Marcela Fernández acerca de operaciones en el exterior. Una era una cuenta en el J.P. Morgan Chase, número 021000021 compartida por padre e hijo. Otra en el Bank of New York cuenta 890-051238-5. Una tercera en The Bank of New York Mellon, cuenta 3170166. Algo que el fiscal Moreno imputó es que en enero de este año Herrera le pagó tres mil dólares a uno de sus abogados desde una cuenta del exterior cuando tenía expresamente prohibido hacerlo.
A la audiencia también se presentaron registros aportados por las víctimas, a veces con las voces o los mensajes que los acusados les mandaban para negarles dinero. Un damnificado, Cristian I, relató que conoció a Luis Herrera a través de Manuel Herrera y supo que gozaba de reconocimiento por ofrecer las mayores tasas de rentabilidad anual en el mercado. Adujo que con estas expectativas, el primer depósito se concretó el 24 de mayo de 2017, cuando entregó 14.700 dólares a Diego Herrera en la oficina de Fernández Soljan, bajo la promesa de que dicho monto sería destinado a operaciones en la Bolsa de Chicago. Luego hizo otros tres depósitos por 40 mil dólares, 337 mil dólares y 1.170.000 dólares.
Todos los movimientos eran registrados en resúmenes de cuenta enviados desde la dirección resumen@lherrera.com.ar, los cuales detallaban las supuestas operaciones realizadas en la Bolsa de Chicago y consignaban el número de cuenta comitente 4450, como así también por recibos rotulados: “Luis A. Herrera – Futuros & Opciones” que les entregaban en la oficina.
En diciembre de 2018, Luis Herrera le sugirió firmar un contrato de mutuo por la suma de USD 1.000.000, justificándolo como una medida necesaria para formalizar la operación ante las autoridades fiscales. Aunque este monto no representaba el total de lo invertido, el denunciante aceptó firmarlo por consejo de Luis Herrera el 28 de diciembre de 2018.
Los depósitos y retiros de dinero se realizaban en efectivo, según contó la víctima, con intermediación del personal de la oficina de Herrera. Pero durante la pandemia, se implementaron transferencias bancarias debido a las restricciones. En mayo de 2021 Cristian I realizó un retiro considerable pero hacia septiembre de ese año la situación comenzó a tornarse irregular: solamente recibió 5.000 dólares como último retiro antes de que se hiciera pública la falta de devolución del dinero de todos los ahorristas el 13 de septiembre de 2021.
Los reclamos posteriores al mes de septiembre de 2021, contó el damnificado, los realizó siempre ante Diego y Luis Herrera. Este último, cada vez que hablaban, les decía: “Toda persona que me inicie la acción penal en mi contra no va a cobrar ni un peso”. O También “Quedate tranquilo Cristian, yo te voy a pagar, pero no voy a pagar a quienes hayan mentido sobre el crédito y los que iniciaran acción penal”.
Por este tipo de comentarios muchos ahorristas, poco dados a manejos financieros, no realizaron inmediatamente denuncia penal. Suponían que si lo hacían no cobrarían. Pasaron tres años y no cobraron. Por eso se llegó a esta audiencia recién ahora.