El gobierno nacional responsabilizó a los intendentes por el impacto de la tasa vial que cobran los municipios en el precio de los combustibles. “Estamos evaluando todas las alternativas para que esto deje de ocurrir”, dijo Manuel Adorni en su habitual contacto con los periodistas.
Para el vocero presidencial, los intendentes tienen “cautiva a la gente cobrándoles una tasa municipal que nada tiene que ver con la carga de combustible”.
La tasa de combustible es un herramienta que vienen utilizando varios alcaldes desde hace años para fondear las cuentas municipales. Sin embargo, los recortes de Javier Milei a las provincias tuvieron un impacto directo en los distritos y quienes no lo hacían empezaron a hacerlo en enero de este año.
Hoy se aplica en casi todo el conurbano y apenas cinco distritos del conglomerado que rodea a la Ciudad de Buenos Aires no exigen este pago extra a los consumidores al momento de cargar combustibles líquidos o GNC.
Sólo San Miguel, Esteban Echeverría, Tres de Febrero, San Martín y Morón decidieron no fijar esa tasa en sus distritos. En una mancha urbana con la densidad del conurbano, donde en muchos casos una calle divide un distrito de otro, hay consumidores que eligen ir a cargar a los distritos que no cobran la tasa vial.
Por caso, Diego Valenzuela (Tres de Febrero) llamó a los vecinos del oeste del conurbano a cargar combustible en su distrito. “Yo elegí no cobrar la tasa vial porque es más carga impositiva al que labura, sin ningún tipo de contraprestación. Vengan a cargar a Tres de Febrero”, dijo.
Esa tasa no impacta igual en todos los distritos. Merlo, Pilar y Moreno tienen los porcentajes más altos. En Merlo rige una alícuota del 2,50% para los combustibles líquidos y sube a un 4,50% para el GNC. En Pilar y Moreno la tasa fue creada este año y rige con valores similares a los de Merlo.
En Quilmes, Mayra Mendoza decidió impulsarlo este año y consiguió la aprobación del Concejo Deliberante para aplicar un 2% de cobro municipal sobre el precio total de las naftas.
En La Matanza el porcentaje es de un 1,5% por litro para las naftas y el gasoil; y de un 1% para el metro cúbico de GNC. En José C. Paz -otro distrito donde el peronismo gobierna desde hace años- Mario Ishii estableció un impuesto del 1% sobre el precio de los combustibles líquidos y del GNC vehicular.
En Berazategui, donde gobierna Juan José Mussi, se votó en una sesión extraordinaria que esa tasa será sobre el 2% de la carga de combustible. El tributo también funciona en Avellaneda, Escobar, Florencio Varela, Vicente López y Hurlingham.
El intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, salió a responderle a Adorni. “Tiene un absoluto desconocimiento de la vida de los municipios”, dijo y explicó que en Merlo esa tasa de aplica desde el gobierno de Raúl Othacehé. “El municipio lo utiliza para volcarlo a los caminos por los que pasan los colectivos, los autos. Es un dinero que ingresa y es reutilizado para las calles”, dijo el alcalde.
Pero la implementación de la tasa no es monopolio de los intendentes del conurbano. En el interior de la provincia también se apela a esa polémica herramienta para sumar fondos a las arcas de los municipios.
Pinamar, Mar del Plata, Junín y Azul son algunos de los distritos del extenso verde bonaerense que cobran la tasa vial.
“Lo que se hizo fue retirar un componente en la Tasa por Servicios Urbanos y se trasladó al combustible. Ese fondo va específicamente a las obras viales y quizás en otros municipios lo que quieren es recaudar”, dijo el senador provincial Alejandro Rabinovich, mano derecha del intendente Guillermo Montenegro.