Mariano Recalde tiene un ojo en la Ciudad y otro en el Senado. Como presidente del PJ porteño tiene esperanza de desbancar al PRO que va para 20 años gobernando la Capital. “Podemos sumar a mucha gente, pero no se hace amontonando dirigentes, si no mirá a Milei”, responde como un mensaje a quienes reclaman un acuerdo con Martín Lousteau.
“Estamos caminando la Ciudad, para juntar a todo el peronismo y al kirchnerismo que se dispersó después de la elección. Veo un movimiento muy importante en la calle y eso me entusiasma”, analiza.
Como senador cree que los aliados del gobierno se comportan de un modo “inexplicable”: “Es gente que también apoyó leyes de Cristina y ahora apoya las de Milei por el solo hecho de permanecer y de estar cerca del calor de poder”, critica antes de reconocerle al presidente una “audacia” que le faltó a Alberto Fernández.
-¿Cómo se imagina a la Argentina cuando termine el mandato de Javier Milei?
-La imagino cada vez peor a pesar de la resistencia que estamos haciendo muchos sectores. Va a continuar una degradación de la situación social, económica y política de la Argentina. Ojalá podamos revertirlo y atenuar el impacto de lo que viene haciendo Miei.
-A pesar de no tener un bloque numeroso, Milei logró sancionar la mayor parte de las leyes que le interesaban al gobierno, ¿qué piensa de su estrategia en el Congreso?
-Logró sacar leyes en el Congreso, pero no todas ni en la forma en que quería. Tanto la Ley Bases como la Ley Fiscal salieron bastante achuradas. Pero sí, es un dato ineludible que el gobierno que llegó sin fuerza parlamentaria, consiguió las alianzas para sacar algunas leyes y sostener algunos vetos.
Lo más preocupante para mí es esta situación de dirigentes que votaron una ley y al poco tiempo apoyaron el veto a la misma ley que habían votado. Eso es lo que tenemos que discutir de cara a las elecciones legislativas del año que viene. Necesitamos representantes que hagan honor a la representación, por la cual son elegidos.
-¿Milei tiene la audacia que le faltó a Alberto Fernández?
-Indudablemente, le saca varios cuerpos de ventaja en audacia y decisión política. El gobierno anterior era de avance y recule, como lo definió Cristina, de no tocar nada. Este avanza con la motosierra de una manera brutal, descarnada, cruel y sin miramientos. Contra todo lo que se le oponga. Incluso a los aliados. Los pasa por encima y los destrata aún cuando se le acercan a rendirle pleitesía.
-¿Por qué los aliados siguen votando con el gobierno incluso cuando el gobierno no cumple con los acuerdos que firmó?
-Para mí es inexplicable. Por un lado juega la casta política. Es gente que también apoyó leyes de Cristina y ahora apoya las de Milei por el solo hecho de permanecer y de estar cerca del calor de poder.
-¿Qué va a suceder con los pliegos de Ariel Lijo y de Manuel García-Mansilla? ¿El peronismo va a acompañar?
-La información que tengo es que la propuesta del gobierno no va a ser acompañada. Si hubiera cambios, una contrapropuesta, lo veríamos más adelante. Pero hoy es solamente una hipótesis, ciencia ficción.
-En 2015 ocurrió algo que tenía pocos antecedentes en Argentina. Mauricio Macri nombró en comisión a dos jueces y el Senado después termino acompañando. ¿Cree que puede suceder algo parecido?
-No me lo imagino. El bloque de Unión por la Patria tiene más de un tercio y puede bloquear cualquier acuerdo de ese tipo.
-¿Hubo avances con los pliegos de los 140 juzgados federales que están vacantes?
-Son pliegos que había remitido el Poder Ejecutivo al Senado y no se logro el quórum por distintas razones para poder confirmarlos. Cuando ganó Milei los retiró. Ahora podría cambiar los nombres. Cuando lleguen, veremos qué nombres son y si hay negociaciones de mandarlo. Hasta ahora son todos amagues, nada concreto.
-¿El peronismo podría quedar afuera de esa negociación?
-Ya han construido una mayoría sin nosotros en otras oportunidades con los bloques aliados al gobierno y podría volver a ocurrir.
-¿Cómo se lleva con Martín Lousteau?
-Tengo una relación cordial.
-Es el presidente del radicalismo nivel nacional, pero pareciera estar bastante en soledad en el Senado. Incluso más cerca de las posiciones que tiene el peronismo que las de su propio partido. ¿Hay conversaciones para un acuerdo en la Ciudad para el año que viene?
-Lousteau en el Senado tiene una posición a medias tintas. Es crítico a medias y oficialista a medias. Acompañó leyes de gobierno como la Ley Bases, pero con críticas. Esa es su posición permanente. Fue ministro de Cristina y fue embajador en EEUU de Macri. No tenemos conversaciones. Estamos muy lejos de eso, queremos representar con claridad a nuestros votantes. Me parece que no es por ahí. Si hay otros compañeros hablando, no es nuestra política. Pretenden que nos aliemos con el embajador de Macri en Estados Unidos.
-El año que viene va en su mandato como senador por la Capital. ¿Tiene intención de renovar?
-Eso lo vamos a discutir más adelante, falta más de un año. Por supuesto que estoy dispuesto, me parece que sería natural. Venimos haciendo un trabajo colectivo, pero depende lo que definamos entre todos. Nunca fue el lugar lo que determinó nuestro posicionamiento político. No necesito ser candidato para hacer. Cristina, con la chance muy probable de que no pueda ser candidata nunca más, es un ejemplo de que hay que militar, aunque no te toque la candidatura. Igual vamos a trabajar para que el peronismo tenga sus representantes y pueda llegar al Senado.
-¿Qué sostiene al PRO en la Ciudad después de 4 gestiones?
-Cada vez menos cosas, creo que entró en una decadencia y acelerada. Con este mandato van a cumplir 20 años. El tango dice que no es nada, pero es mucho en política. Esta es la peor versión de los Macri.
-¿En qué lo ve?
-En falta de gestión, en el abandono que vemos en la Ciudad. Se va a cumplir un año de la tormenta de diciembre y todavía vemos árboles tirados. Veo abandono en las escuelas, las plazas, la basura. Hay una sensación de que falta de gestión, de que hay un tipo que viene de Vicente López, no conoce la ciudad y se la pasa boludeando en las redes sociales con su compañera, encima desde su casa de Vicente López. Hay un agotamiento y los porteños y porteñas van a buscar una alternativa. Nuestro desafío es construirla para ganar.
-¿Piensa que el PRO y La Libertad Avanza van a terminar juntos en las próximas elecciones?
-Es impredecible porque tienen muchas coincidencias y al mismo tiempo unas peleas tremendas, con mucho destrato. A veces definen las posiciones más en función de caprichos que de razonamientos. Tanto Javier Milei, como Mauricio Macri tienen una personalidad muy especial y por momentos parecen incompatibles. Al mismo tiempo están trabajando juntos y el gobierno de Milei tiene como principales ministros a hombres y mujeres del macrismo.
-¿Macri trabaja para el PRO o tiene otros intereses que no son políticos?
-Macri siempre está trabajando para su propio negocio alguna manera. Siempre priorizó sus negocios sobre la política, que es transformar las cosas para que la gente viva mejor.
-¿Sigue las redes sociales?¿Qué piensa de los intercambios entre Jorge Ferraresi y Mayra Mendoza? Más allá de su posición en la pelea, ¿cómo se explica que en el principal partido opositor haya este tipo de disputas?
-Eso ocupa una milésima parte de nuestro tiempo. Tanto Mayra como Ferraresi le dedican la mayor parte de su tiempo a gestionar y resolver problemas. Después hay discusiones políticas que son lógicas. Yo las minimizo y les doy un lugar menor. En los temas más importantes estamos de acuerdo. No es lo que ocurre en otros partidos como la UCR, en donde tienen visiones completamente diferentes o en La Libertad Avanza o en el PRO que implosionó y la mitad se fue con Milei. O las declaraciones de Milei respecto de su vice. Perón decía que los peronistas parece que no estamos peleando y en realidad nos estamos reproduciendo.
-¿Tiene algún consejo para dar respecto de esa pelea?
-Yo siempre promuevo que esas discusiones se den hacia adentro y no exponerlas.
-¿La pelea entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof está en esa misma línea?
-No hay la pelea, tal vez algunas diferencias con la metodología. Te puedo asegurar que en los temas importantes hay una unidad absoluta. Lo natural es que todo esto desemboque otra vez, como pasó en 2019 y en 2023, en una propuesta y un gobierno común. También en 2017, aunque ahí los que quedaron afuera fueron otros. Todos agrandan las discusiones, pero las coincidencias están en la gestión del gobierno donde el mismo Axel valora a los ministros que vienen de La Cámpora.
-Usted fue quien llevó a Axel Kicillof al kirchnerismo. ¿Por qué piensa que él no se pronunció en favor de Cristina para la interna del PJ?
-No tengo una hipótesis clara, había que preguntárselo a él. Creo que lo lógico era que se pronunciara. Espero que no sea por algún motivo de fondo, entiendo que es más una cuestión de metodología.
-Gobernado la provincia más grande de la Argentina, Kicillof es un candidato natural para 2027. Pareciera que no tiene otro camino para seguir. ¿Es así?
-No me parece que no haya otro camino. No se puede tomar a la carrera política como un escalafón. Cada uno ocupa roles de acuerdo al momento y las circunstancias de cada momento. Es evidente que es un candidato potencial. Fue reelegido en la provincia de Buenos Aires, tiene una gestión excelente, es ponderado por la gente. Pero faltan dos años y medio. En 2020 te hubieras imaginado quiénes iban a ser los candidatos o quiénes iban a llegar al balotaje? Impensable. Acelerar los tiempos y empezar con discusiones de nombres es un error político. Es un error de algunos interesados en posicionarse debajo de un candidato, como de una candidata, para su negocio personal. Eso no nos sirve como proyecto político que hoy es defender a la gente, votar bien en el Congreso y estar en la calle cuando haya que estar.
-¿Hay un acuerdo entre el gobierno y el kirchnerismo para que la rival de Milei sea Cristina?
-A Cristina la quisieron matar, a Cristina la están persiguiendo. Ella está en otro plan: hacer lo mejor para el conjunto. No hay ningún acuerdo. Son especulaciones de gente que tiene que escribir algo en los medios.
-Es abogado, consejero de la Magistratura y estuvo ligado a la política judicial del kichnerismo. ¿Hay autocrítica por la condena a Cristina?
-Ella lo dijo claramente en su alegato. La sentencia ya estaba escrita de mucho antes. No se trata de tal recurso, tal planteo. No es una cuestión técnica. Hay una decisión política de un aparato de poder que tiene una pata judicial, una pata mediática, una pata política, una pata empresarial y una internacional, que estableció un plan para toda Latinoamérica. Buscan impedir a los dirigentes populares presentarse elecciones, a través de causas judiciales. Eso se denomina Lawfare. Como en los ‘60 y los ‘70 se utilizaba el partido militar, ahora se utiliza el partido judicial para impedir que Lula, que Evo Morales, Correa y Cristina, puedan representar a su pueblo. La autocrítica es no haber conseguido más votos para tener más legisladores en el Congreso y más integrantes en el Consejo de la Magistratura, que es otra farsa. La Corte se metió con un fallo en el Consejo que había funcionando pacíficamente por 16 años. Puso al presidente de la Corte, cambió la composición. Incluso cuando se mandaron los representantes del Congreso la Corte se metió sobre quiénes tenían que ser, cuando es una atribución del Congreso. Todo un zafarrancho para garantizar la impunidad de la corporación.
-¿La defensa de Cristina no apuntó más a cuestiones políticas y descuidó el trabajo en el expediente?
-El fallo no tiene que ver con una cuestión técnica. Le atribuyen responsabilidad a la Presidenta sobre una licitación que se hizo en una provincia, en la que intervinieron un montón de funcionarios de menor jerarquía. La gran mayoría queda liberada y se responsabiliza a la última instancia que ni siquiera firmó y ni siquiera es la responsable, porque la Constitución le da la potestad al jefe Gabinete a quién ni siquiera se lo condena. Eso es que no es una cuestión técnica, es un fallo político de jueces designados a dedo por Mauricio Macri que jugaban al tenis, al pádel, al fútbol, con Macri. Que tenían una afinidad notoria, cuando existe una coincidencia temporal más que llamativa entre las reuniones que tenían con Macri y las decisiones judiciales. Entender que esto es un acto judicial es un error. Es una sentencia política.
-¿Existe un acuerdo de no agresión entre el gobierno y La Cámpora ?
-Es absolutamente falso, no hay ningún funcionario de La Cámpora en el gobierno. Cero. Si hay alguien que es opositor y no tiene diálogo con el gobierno es La Cámpora.
-¿Fue un error haber apoyado a Sergio Massa como candidato, en lugar de Wado de Pedro?
-Fue la decisión que en ese momento garantizaba la mayor cantidad de votos y tener la representación parlamentaria que tenemos. El resultado dio la razón, al menos en la primera vuelta. El candidato de nuestro sector, lo dijo Cristina, era Wado. Cuando había una interna contra Scioli, acompañado por funcionarios albertistas como Victoria Tolosa Paz que quería competir contra Axel, se decidió ir con un candidato de unidad. No me lo saques de contexto, pero mi candidato era Wado y me hubiera encantado saber qué hubiera pasado con él.
-¿Fue una equivocación alimentar a Milei para dividir a la oposición?
-No sé quién lo alimentó, pero si alguien lo alimentó, es trágico para la Argentina.