El empresario y presunto espía kirchnerista Franco Bindi es el nombre recurrente que aparece detrás de la interna libanizada que atraviesa el bloque de diputados libertarios. Íntimo de la diputada Marcela Pagano, se zambulló en el escándalo de la visita a Alfredo Astiz y otros genocidas en una intervención que propicia la ruptura de la bancada.
Bindi conoció a Pagano cuando fue despedida con causa de América por supuestos maltratos a sus compañeros de trabajo en el canal. En ese momento, la periodista libertaria recaló en los estudios que tenía Bindi para su malogrado proyecto televisivo Extra, que creó luego de ser despedido de C5N en medio de un escándalo acusado de fraguar junto al periodista Tomás Méndez supuestos testimonios de taxistas contra Patricia Bullrich.
La primera aparición de Bindi junto a Pagano se produjo cuando la diputada irrumpió en la comisión de Juicio Político y buscó quedarse con su presidencia, pese a la resistencia de la Casa Rosada. Esa comisión es clave para un gobierno en minoría como el de Milei. “Nos infiltraron”, fue la preocupación que circuló en el bloque entre los leales a Milei.
Pero cuando LPO reveló en una impactante exclusiva la visita de seis diputados libertarios a Alfredo Astiz y otros genocidas, el nombre de este empresario empezó a aparecer con insistencia detrás de una inesperada fisura: las diputadas Rocío Bonnacci y Lourdes Arrieta -sobre todo esta última-, iniciaron un insólito giro y adujeron haber ido “engañadas” por sus colegas de bloque al penal de Ezeiza.
La mendocina Arrieta, que hasta ese momento agitaba en el chat interno de los diputados libertarios la causa de los genocidas, empezó a mostrarse consternada por la visita y dijo haber sido engañada por su compañero de bloque Beltrán Benedit, quien organizó la visita y no reniega de la misma, que se planeó para acordar con los genocidas y sus abogados una estrategia que permita liberarlos para que cumplan arresto domiciliario en sus casas.
“Nací en el 93, cómo voy a saber quién es Astiz”, fue la ridícula excusa de Arrieta, que en la foto que trascendió de los diputados junto a los genocidas posa orgullosa en el centro, rodeada de siniestros torturadores como Raúl Guglielminetti, Carlos Suárez Mason Jr., Antonio Pernías y Adolfo Donda, apropiador de Victoria Donda, entre otros.
Arrieta le dio una nota a radio Mitre de Mendoza para despegarse y luego de esa entrevista apareció la foto junto a los represores y la denuncia penal que presentó contra su colega Benedit. El nombre de Bindi se menciona con insistencia en Diputados y en las redacciones como el operador de esa estrategia.
Lourdes Arrieta, con impecable sobretodo naranja, en el centro de la foto con diputados libertarios y genocidas en Ezeiza.
LPO reveló que ante la amenaza de ser destituidas, Pagano ofreció apoyo emocional a Bonacci y Arrieta y las guió en un cambio de estrategia: de defender la causa de los genocidas a denunciar a sus compañeros de bloque y manifestarse “engañadas”.
En Diputados se comenta que Pagano hasta habría establecido contactos con los peronistas Germán Martínez y Cecilia Moreau en unas conversaciones muy sinuosas, que derivaron en la escandalosa sesión de este miércoles en la que el kirchnerismo evitó que avance la creación de una comisión legislativa para investigar la visita de los libertarios a los represores. La revelación de estos contactos indignó a Pagano que amenazó a LPO con una demanda y hasta mandó cuatro cartas documento idénticas a esta redacción.
Bindi es mencionado como quien construyó ese canal de diálogo con sus viejos amigos del peronismo y acercó a medios kirchneristas fotos y chats que comprometen a los otros diputados libertarios.
Sobreactuando su supuesto arrepentimiento, Arrieta se apareció este miércoles en el Congreso abrazada al libro Nunca Más, con señaladores adhesivos que sugieren la lectura del documento donde la Conadep plasmó las torturas, asesinatos, violaciones, apropiaciones de bebes y secuestros de los genocidas que reivindican algunos libertarios.
Sin embargo, como anticipó LPO la diputada participó activamente de los chats que compartieron desde febrero legisladores, sacerdotes, abogados y ex funcionarios judiciales que elaboraban una estrategia para mandar a los genocidas a sus casas con prisión domiciliaria y de máxima, conseguir un indulto del presidente Milei.
La diputada libertaria Arrieta posa este miércoles en el Congreso con un ejemplar del libro Nunca Más.
Ya con la guerra interna desatada también aparecieron chats que comprometen a la diputada Arrieta, avalando al entrerriano Benedit, a quien ahora denunció penalmente por “abuso de autoridad y violación de deberes de funcionario público, conspiración y malversación de fondos públicos”. Arrieta, recuerdan sus compañeros libertarios, que era una de las que más repudiaban las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.
Pagano le presentó a uno de sus colaboradores más cercano, el abogado Franco Bindi, quien le consiguió asesoramiento legal y motorizó una reunión que pretendía ser secreta con el presidente del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez y la massista Cecilia Moreau que finalmente fue revelada por LPO.
Las versiones se terminaron de confirmar este miércoles con el fracaso de la sesión donde el peronismo iba a insistir con la conformación de una comisión investigadora pero todo se derrumbó porque nadie se desesperó para que hubiese quorum.
El kirchnerismo, se supone alentado por una estrategia diseñada en el Instituto Patria, busca aprovechar el escándalo para implosionar el bloque libertario, volviendo a las diputadas contra sus compañeros de bloque.
La vinculación de Bindi con espías residuales del kirchnerismo no es nueva. Su nombre apareció en la causa del operativo “Puf” para detonar la causa Cuadernos. Como abogado se lo mencionó como parte de la defensa de Lázaro Báez y antes del valijero kirchnerista Leonardo Fariña. Antes de eso trabajó en el Ministerio de Planificación junto al detenido por corrupción Julio de Vido.
El diputado libertario Beltrán Benedit.
