El intendente de Villa Carlos Paz, Esteban Avilés, es una rara avis dentro del mapa político cordobés. Con pasado por el radicalismo y el juecismo, además de haber sido funcionario provincial durante la gestión de Juan Schiaretti, hoy es opositor al gobernador Martín Llaryora y mantiene también una distancia con el senador Luis Juez y, en menor medida, con el diputado Rodrigo de Loredo. Es decir, es opositor del oficialismo y casi una especie de opositor de los opositores.
Para muchos, el intendente de la principal ciudad turística de la provincia de Córdoba es de los que creen que él debe estar en el mismo rango y jerarquía que el del gobernador y los dos opositores que tiene el mandatario.
Alineado desde hace un tiempo con la gestión libertaria de Javier Milei, no en los papeles, pero sí en los gestos, Avilés decidió en los últimos días enviar nuevos guiños cuando impulsó en el Concejo de Representantes -así se denomina al legislativo carlospacense- el cobro de aranceles para quienes se atiendan en el hospital municipal Domingo Sayago y no residan en la villa serrana.
Así, el cobro va desde los cinco mil pesos una consulta por guardia, hasta los 60 mil por un día de internación en UTI, pasando por 10 mil por una tomografía o algunos estudios de mayor complejidad.
El propio Avilés defendió la iniciativa hablando en los últimos días de un sistema de salud colapsado, cargó las tintas en el Gobierno provincial de Llaryora y desde la administración llaryorista decidieron no responder. Porque, cabe recordar que la distancia a lo largo del 2024 tuvo varios contrapuntos que parecían haberse zanjado cerca del final del año.
Avilés confrontó con Llaryora por la seguridad, lo cruzó también por los subsidios al transporte, cuando dijo que el gobernador se quejaba con Milei de lo mismo que él había recortado acá en la provincia y también tuvo un fuerte contrapunto por la situación del Lago San Roque y el tratamiento de líquidos cloacales.
Hasta el momento, nadie recogió el guante de manera pública desde la gestión provincial, pero entienden que se reabre el capítulo de tensiones entre el gobernador y el intendente. Quien, además, en algunos lanzamientos de temporada por parte de la Provincia, decidió desmarcarse de la gestión de Llaryora e impulsó sus propias aperturas.
Igual, no cayó bien la noticia ni el momento en el cual Avilés decidió impulsar la discusión en el Concejo, a días de arrancar una temporada que amaga con ser compleja por diversos factores. O, al menos, sin los resultados de otros veranos.