El radicalismo es un hervidero en el Congreso. Las declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sobre la inexistencia de un acuerdo con los senadores aliados para quitar las privatizaciones de Aerolíneas, el Correo y RTA del proyecto de ley Bases detonaron una interna entre las bancadas que conducen Eduardo Vischi y Rodrigo De Loredo en sus respectivas cámaras.
En Diputados, los radicales se quejan del pronunciamiento lavado que emitieron los senadores este martes, después del comunicado fantasma sobre el que informó LPO. “Lo que nos ayudaría, si entienden el radicalismo y los bloques del Senado que el gobierno comprometió un acuerdo para sostener lo votado en Diputados, es que lo hagan público”, le dijo a LPO un legislador, y agregó: “el comunicado del Senado, que es muy genérico y lavado, no va sobre esta cuestión”.
Esa afirmación demoledora contra el parte de prensa que el radicalismo emitió pasadas las 22 del martes remite a “la tibieza” que un grupo de legisladores de la Cámara Baja le atribuyen a ese texto. “Solicitamos a la Cámara de Diputados que evalúe los aportes a conciencia y los considere para acompañarlos en su sanción definitiva”, dice la última oración de un comunicado en el que enumera el trabajo parlamentario de los legisladores liderados por Vischi pero no menciona en ningún momento que hubiera un compromiso del oficialismo.
Como publicó LPO, ese pronunciamiento fue tan traumático para los senadores radicales que se filtró “a medias”, según el testimonio de un miembro del bloque. Además, en tres despachos importantes de ese partido negaron que lo que se divulgó durante la tarde, con reclamos más airados al gobierno y la Cámara Baja, fuese un comunicado oficial.
En ese contexto, Francos admitió que hubo negociaciones para los cambios en el RIGI pero no para quitar tres empresas de la nómina de las sujetas a privatización. “No tuvimos un acuerdo en el Senado”, dijo, aunque reconoció que se sacaron los nombres de esas firmas porque no tenían suficientes votos “para sostenerlo”.
Además, expresó: “no tenemos un compromiso de que Diputados no pueda insistir en esos temas, por lo que también le pedimos a Diputados insistir en las privatizaciones. Supongo que quienes sostuvieron estos temas en el primer debate lo sostendrán en el segundo”.
La opinión del ministro coordinador generó incomodidad en los diputados aliados. “Nos resulta muy difícil a nosotros sostener que el gobierno está incumpliendo un acuerdo con el bloque de senadores del radicalismo si nuestro bloque de senadores no lo explicita”, se quejó un correligionario de la Cámara Baja.
Ya la semana pasada, el propio De Loredo preguntó delante de los presidentes de las otras bancadas a Martín Menem y Francos si el Poder Ejecutivo quería insistir con la versión original de la ley. En ese contexto, reclamó que la Casa Rosada fuera explícita, acaso para no quedar embretado en el incómodo lugar de descartar el trabajo de sus colegas del Senado y que el oficialismo compartiera el costo del destrato.
Aun así, un diputado radical confió a LPO que “complicaría más que el gobierno reconociera que había operado un compromiso pero, a pesar de eso, insistiera con su versión anterior”. “Ahora el gobierno sale a asumir que no le dio la nafta, no reunió los votos, y tuvieron que correr esas empresas”, indicó.
Rápido de reflejos, el gobierno apeló a un atajo que acaso irrite mucho más a los senadores: “si hubiera habido un compromiso, tendría que haberse planteado explícitamente”, responden ante las consultas de los diputados aliados.
La incidencia de esa salida, según el cálculo de los libertarios, no sería de gran impacto en las votaciones del articulado. En todo caso, se conocerá el tenor del eventual daño infligido cuando el despacho con media sanción de diputados sobre la fórmula jubilatoria llegue al Senado, momento en que la factura de la pérdida de confianza que se voceaba este miércoles en los pasillos se podría materializar con la sanción de una ley que desate la furia de Javier Milei.