“Es tierra de voto libertario puro. Lo que antes era de Macri”. La frase pertenece a una persona que está al tanto de las negociaciones entre el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el grupo de intendentes del Gran Córdoba que se autodenominan el G6, un bloque de alcaldes sin referencia provincial, opositores, pero con línea directa con el gobernador Martín Llaryora.
Esos dirigentes se muestran muy atentos a los cantos de sirenas nacionales. Igual que antes con Mauricio Macri, ahora quieren ser parte del tejido que busca entramar el elenco libertario de la mano de Menem, aunque con la nítida venia de Karina Milei y con miras al 2025.
Federico Zárate, intendente de Jesús María; Fernando Rambaldi, de La Calera; Adela Arning, de Mendiolaza; Pablo Cornet, de Villa Allende; Ezequiel Lemos, de Río Ceballos; y Miguel Pittaro, de La Granja, son los que integran el G6 y tuvieron una reunión con Menem hace más de una semana en Buenos Aires. El mismo día de la tensión en el Congreso por la Ley Bases, el grupo de intendentes gestionaba una terminal nacional.
En la reunión, el libertario les marcó con énfasis que el referente en la provincia es el jefe del bloque oficialista en la Cámara baja, Gabriel Bornoroni.
“Igual, todo lo armó Luis (Picat)”, dijo una fuente a LPO en referencia al diputado radical que integra la bancada liderada por Rodrigo de Loredo y que se mostró muy afín a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. De hecho, el exintendente de Jesús María fue parte de las gestiones con su sucesor, Zárate, y con el ministerio de Bullrich para el desembarco de efectivos de Gendarmería en la ciudad del norte cordobés.
Todos reconocen que Picat arma, que Menem busca socios para ampliar la base libertaria en Córdoba bajo el paraguas de Bornoroni y que los intendentes piden a cambio que el riojano les abra la puerta de algunos ministerios. En el G6 reconocen también que la fortaleza de los alcaldes está en el bloque, que ninguno se puede desmarcar y que los libertarios tienen un terreno fértil para construir en sus ciudades.
Fundamentalmente, porque gobiernan distritos de buen poder adquisitivo y con una base electoral ampliamente alineada con La Libertad Avanza (LLA). Además, ninguno es peronista. Tres son radicales, dos del PRO y uno es del vecinalismo.
Por ello, la disputa con los amarillos, que consideran esa porción del departamento Colón como propia. Y ahí radican los reiterados desembarcos del exministro de Transporte de Macri, Guillermo Dietrich. De buena relación con la intendenta de Mendiolaza, que hasta participa de sus reuniones de gabinete cuando baja a Córdoba, estuvo hace un par de semanas y no se descarta una escala la semana próxima, aunque con la compañía de un viejo conocido: Macri.
Un integrante del PRO reconoció que, aunque no está confirmado, es parte de una agenda probable. Y que por ello se postergó el desembarco de la exgobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal.
La diputada nacional tendrá una semana cargada con el retorno de la Ley Bases a la Cámara baja y la visita a Córdoba que se iba a realizar el jueves próximo se pospuso.
Los radicales que se enrolan entre los posibles nuevos socios de los libertarios en Córdoba lanzan -desafiantes- que la mano de Dietrich llega sólo a dos de esas intendencias: la mencionada Arning y Cornet, el de Villa Allende que, además, es el sobrino del empresario ultramacrista Manuel Tagle.
Por su parte, Dietrich construye en esa región de Córdoba con Martín Roca, un empresario que se convirtió en un operador con peso en el PRO y aliado del exministro, como así también de la concejala Soher El Sukaría, en el objetivo común por desestabilizar a Oscar Agost Carreño de la presidencia amarilla mediterránea. Esa es una de las peleas subterráneas que se dirimen por debajo de la disputa por el control de esa parte del conurbano cordobés.
La otra es la fricción radical. Picat, alejado de la rosca de la interna y de Marcos Ferrer, quien pelea por la presidencia de la UCR cordobesa, viene manifestando sus diferencias con sus compañeros de bloque, que quieren correr por izquierda a De Loredo. “Hay algunos que, por estar alineados con (Martín) Lousteau, votan o hacen cualquier cosa. Es una locura”, razonó una persona que habla con el diputado Picat.
Por eso, una reconfiguración legislativa o política hacia adelante lo tendrá dentro del ala dura y alineado con Milei. “La única militancia la va a hacer por ahí, no en la pelea por un comité. Esas discusiones son viejas”, cerraron cerca del jesumariense.
Así es la pelea por el voto ‘rico’ del Gran Córdoba de Llaryora que se disputan Martín Menem y Dietrich.