Los gobernadores de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; de Córdoba, Martin Llaryora; y de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, se quedaron con las ganas de una reunión cara a cara con el presidente Javier Milei, quien realizó su primera visita a Santa Fe como primer mandatario en un paso fugaz por Agroactiva, una de las muestras a campo más grandes de la Argentina.
Los gobernadores de la Región Centro habían preparado el escenario para que se concretara un encuentro privado que finalmente no ocurrió. Allí pretendían volver a plantearle una suerte de agenda común que fueron construyendo, más por espanto que por amor, que contenía cuestiones como la restitución de los subsidios al transporte, la transferencia de fondos para encarar las obras nacionales en los territorios que el gobierno de Milei dejó de hacer y además el reclamo por la eliminación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y una ley de biocombustibles.
Y como una muestra de buena voluntad los tres gobernadores reiteraron su apoyo a la Ley Bases. “No somos oficialistas, pero queremos que le vaya bien a la Argentina”, justificó Pullaro para explicar la contradicción de ser el mandatario de una de las provincias más afectadas por la motosierra de Milei y al mismo tiempo, mostrarse condescendiente con un conjunto de leyes que profundizan esa situación.
Ese fue el mismo planteo del cordobés Llaryora: “Somos desarrollistas y por eso acompañamos al presidente con la Ley Bases”, dijo cuando horas antes se quejaba por el recorte de obras y planteaba que éstas “no se pueden medir por cantidad de habitantes” sino por el impacto que generan en los territorios.
En la visita, quedó claro que más allá de los alineamientos amañados con el gobierno nacional, la realidad muestra otra cosa. “Desde las provincias estamos acompañando al sector, estamos haciendo un enorme esfuerzo, porque es un momento muy difícil”, dijo Frigerio y recordó que junto con los gobernadores de Córdoba y Santa Fe pusieron a disposición de los productores agropecuarios créditos subsidiados, pero además están encarando con sus propios recursos obras de infraestructura, las mismas que la Nación paralizó por completo.
Una muestra de los dolores de cabeza que eso le genera a Santa Fe en términos financieros fueron las palabras del ministro de Desarrollo Productivo santafesino, Gustavo Puccini, quien el martes en Agroactiva dijo: “Ojalá el presidente venga por tierra así ve el estado de las rutas nacionales”.
El funcionario no tuvo suerte. Milei llegó pasadas las 13.30 en el helicóptero presidencial, se abrazó por unos segundos con Pullaro e ingresó a una carpa auditorio donde habló ante empresarios, dirigentes de la mesa de enlace y algunos referentes políticos y luego de un discurso cargado de definiciones de teoría económica y pocos datos de la economía real, tuvo un breve contacto con la gente que lo esperó casi una hora bajo un sol impiadoso y lo ovacionó a su paso.
En ningún momento hizo referencia a los gobernadores de la Región Centro, un espacio político que los mandatarios intentan reforzar con poco éxito y sólo se ocupó de asegurar que “la inflación bajó y la actividad empezó a rebotar mes a mes”.
Milei apeló a su populismo libertario y buscó arengar a la tribuna con sus alusiones a la casta y sus privilegios, recordando que no “fueron lentos para votar la ley Bases pero rapiditos para aumentarse sus dietas“. Eso desató aplausos entre el grupo de gente que afuera esperaba verlo y para ellos también disparó un exabrupto: “Si hiciste las cosas mal merecés cagarte de hambre por hijo de puta”, dijo en alusión a su intención de renunciar a la jubilación de privilegio y recordando que los dirigentes políticos no lo hacen.
Pero aunque todos esperaban algún anuncio de parte del presidente, sólo hubo promesas vagas como la de eliminar impuestos (retenciones y a los débitos y créditos) cuando se consolide el equilibrio fiscal.
Tampoco el gobernador Pullaro pudo cumplir con la premisa de mostrarle a Milei la fuerza del “interior productivo” que pregona. “Necesitamos que desde el gobierno nacional nos miren para que entiendan que esta región es el corazón productivo de la Argentina”, había dicho el gobernador horas antes. Pero como varias otras cosas en la Argentina, el presidente dio un vuelo rasante y lo miró desde arriba.