Victoria Villarruel logró patear el tratamiento del proyecto de movilidad jubilatoria para el jueves 22 de agosto, a pesar de que la oposición había conseguido dictamen de mayoría para aprobar en recinto esta semana el expediente que llegaba con media sanción de la Cámara de Diputados.
Con la asistencia del vicejefe de Gabinete, Lisandro Catalán, y la presencia de legisladores aliados al oficialismo, la Vicepresidenta pudo aplazar la convocatoria a sesión que se barajaba en los pasillos este martes. En alerta por la posible sanción de la ley, la Casa Rosada apeló a la buena sintonía con mandatarios provinciales para desactivar la apertura del recinto dentro de 48 horas, tal como anticipó LPO.
Aunque el ministro coordinador, Guillermo Francos, no fue de la partida, se descuenta que sus oficios sirvieron para que los gobernadores intercedan ante los legisladores que les responden. De hecho, Raúl Jalil y Rogelio Frigerio estuvieron de visita en el Congreso este lunes y es probable que, además de la charla que mantuvieron con Martín Menem en su oficina de la Cámara Baja, hayan aprovechado esas horas para tantear la situación en el Senado.
Como informó LPO, el peronismo, los radicales Martín Lousteau y Pablo Blanco, más el santacruceño José María Carambia, firmaron juntos la iniciativa que los legisladores de la Cámara Baja aprobaron con casi dos tercios en junio. La cosecha de firmas preanunciaba que la oposición se encaminaba para darle sanción definitiva con más de 37 votos, si se contabilizaban los 33 de UP, los tres que estamparon su nombre en el dictamen y otros colegas suyos, como el presidente de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad.
Sin embargo, cerca de uno de los siete senadores libertarios dijeron a LPO que estaban tratando de “pegar un volantazo”. La maniobra comprendía la posibilidad de introducir modificaciones al dictamen de minoría, que era el que había propiciado Ezequiel Atauche y había recogido apoyos de radicales y macristas.
Una senadora al tanto de las negociaciones se quejó por las dilaciones. “Es medio agotador el oficialismo: cuando entró la media sanción, pidió dos semanas pero ya vamos dos meses y sigue dando vueltas”, explicó, y agregó: “entiendo que hay alguna gestualidad de algunos gobernadores para darle un tiempo más al gobierno”.
Las conversaciones entre los radicales que se plegaron a las gestiones de Villarruel y los enviados de Francos giran en torno de la chance de que se incorporen al dictamen de minoría artículos del dictamen de mayoría, como el que establece que el aumento del 8,1 por ciento se compute desde abril. La iniciativa del gobierno pretendía que el cálculo se aplicara una vez que la ley rigiera, comiéndose el plazo que va desde abril pasado -cuando Javier Milei aumentó por decreto sin contemplar la inflación de enero- hasta que la norma salga del Congreso.
Con todo, el formoseño José Mayans volvió a acusar a los libertarios por “dilatar” el debate. Según fuentes parlamentarias presentes en la reunión de Pre-labor, el jefe del bloque peronista reprochó que “el gobierno recién aparece ahora”.
